Por el placer de lo prohibido

3 (Final)

Haberse alejado de él fue, quizás, la mejor decisión que había tomado en su vida.

Aún no entendía porque le seguía doliendo tanto. Después de cuatro años que se marchó.

Encendió un cigarrillo mientras se asomaba por el ventanal de su departamento en Londres.

Cuando terminó la preparatoria, supo que el tiempo que llevaba en casa de sus padres se había acabado, era momento de crecer, era el momento de salir de allí. Muchas veces se cuestionó si emprender vuelo tan lejos de su familia había sido correcto. Luego recordaba al azabache y corroboraba que así había sido. A pesar de todo, la angustia en su pecho no se iba. Después de años, no se iba.

Ni ella se explicaba porque eligió otro continente para ir a la universidad, solo se le presentó la oportunidad y sin dudarlo la tomó. Dejando todo atrás. Su vida, sus amigos, su familia y a él.

La noche había caído, estaba cansada. Le quedaban solo unos años para terminar sus estudios en medicina, y últimamente todo se había vuelto complicado. Desde hace una semana que la llamó su padre.

  — Viajará dentro de unos días, por favor, hospédalo, no conoce a nadie allá. Eres su hermana... Perdón, hermanastra 

Cerró los ojos, y pudo sentir el calor de la última noche que estuvieron juntos, la última vez que pudo sentirlo, el día en el que dejaron de hablar hasta el día de hoy.

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[...] Las manos del azabache se perdieron dentro de la camiseta de su hermanastra, deshaciéndose de ella por completo, dejando al descubierto un brasier de encaje que lo volvió loco. La miró a los ojos, pero ella lo esquivó. La tomó fuertemente del cuello para acercarla a él y así se quedó, abrazándola mientras Sakura hundía su cabeza en el cuello de él. Sintió como sollozaba y acarició dulcemente su espalda.

— Que pretendes, Sasuke... ¿Por qué juegas así? Yo... yo no estoy enamorada de ti... Pero sí sentí como acelerabas mi corazón la noche que me dijiste cuánto me deseabas... — Se separó un poco de él para mirarlo a los ojos — ¿Cuál es tu problema, Sasuke?

Suspiró — ¿Quieres saber cuál es mi problema?

Afirmó con la cabeza.

Volvió a suspirar mientras esquivaba su mirada — Yo... yo maté a mi padre... [...]

En un acto de inercia, se alejó de él, tomando su camiseta y cubriendo sus pechos con esta. Se sentó en la cama mientras Sasuke se sentaba en la orilla.

  — ¿Qué?

No la miraba. Le daba la espalda. Ella sorprendida, impactada, incluso decepcionada y asustada.

— Bueno —  susurró — no fue intencional

Se acercó a él, tímidamente.

— ¿Quieres contarme?

Negó con la cabeza — No, pero siento que debo hacerlo de todos modos

Suspiró.

— Hace ocho años, vivíamos con mi madre y mi padre en un distrito lejos de acá. Era un lugar bastante tranquilo, alejado de toda la ciudad. Yo era muy distinto a lo que soy ahora. Mas sereno y calmado, mi sueño era entrar a la universidad y estudiar comercio internacional, salir de ese pueblo y crecer, conocer otros lugares, y me esforzaba cada día por intentarlo. En ese entonces tenía dieciséis años, me quedaba poco para lograr mis metas. Pero mi padre — apretó los puños — quería retenerme aquí, que siguiera con el pequeño mercado de la familia, era posesivo, altanero, soberbio — bufó —  todo lo que yo soy ahora