18 (Tercera parte)

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-Por favor Harry, no hagas esto.

La voz de Louis fue a penas un susurro y las manos de Harry siguieron acariciando los bordes de su rostro.

-No puedo Louis, sabes que no puedo.

Louis apoyó su mano sobre la de Harry para evitar que siguiera acariciándolo pero no la sacó de su mejilla, no era capaz de hacerlo.

-Debes irte.

El menor cerró sus ojos, como si las palabras de Louis le hubieran dolido muy dentro de su alma.

-Tu no quieres que me vaya-Abrió sus ojos y lo miro directamente-y yo no quiero irme. No haré nada lo juro Louis, solo déjame dormir contigo, nada sexual.

Vio pasar todas las dudas de Louis respecto a dejarlo estar junto a él por lo que siguió hablando.

-No puedo saber que estas a cuatro habitaciones de donde estoy durmiendo, simplemente es una tortura.

Hubo un pequeño momento de silencio, en el que Harry espero pacientemente a que Louis lo dejara quedarse en aquella cama junto a él.

A pesar de las millones de veces en que durmieron juntos y las muchas horas que paso viéndolo dormir sin que él lo supiera, aún no se acostumbraba la belleza de Louis bajo la tenue luz de la luna.

Su rostro se volvía el de un niño, como cuando eran adolescentes, parecía que nada podría perturbar su tranquilidad; sus largas pestañas adornaban bellamente las facciones de su cara tan perfecta y su piel parecía tan suave como una nube.

Era una imagen que le encantaba contemplar.

-Haces que me vuelva más idiota Styles.

Junto con su respuesta vino un largo suspiro y una gran sonrisa de parte del nombrado, quien se acomodó de espaldas a Louis.

Su sonrisa no lo abandonaba y cuando sintió al mayor acomodarse detrás de él mientras pasaba un brazo por su cintura, pensó que su cara se partiría en dos.

No fue mucho el tiempo en el que Harry logro conciliar el sueño, lo sabía por la forma tan tranquila que tenía de respirar, pero Louis era otra cosa.

No podía hacer que el sueño se apoderara de él y luego de lo que parecieron horas se resignó  que no volvería a dormir esa noche.

Se dedicó a mover sus dedos por la suave piel del estomago de Harry y a olor el perfume de sus cabellos.

Si eso era un error garrafal, poco le importaba en estos momentos.

Cuando vio que la luz del sol empezaba a colarse por la ventana se dio cuenta de que, una vez que el menor despertara, deberían aclarar las cosas y tenía miedo.

Muchísimo miedo de lo que pudiera decirle.

Un lado de él quería estar así por el resto de su vida, con sus piernas enrolladas en las largas de Harry y su cabello llenando toda la almohada.

Pero por el otro quería que el rizado fuera feliz, realmente feliz y sabía que su vida juntos bajo el escrutinio de las personas sería todo menos eso.

Mientras los rayos de luz iban en aumento, las dudas en Louis también.

Y sus ganas de escaparse otra vez estaban por el mismo camino, cada vez sintiéndose más.

Harry despertó por la gran luz que entraba del balcón, supo que Louis no estaba allí aún sin abrir los ojos.

Ya no sentía ese calor que emanaba en su espalda o sus manos recorriéndole los tatuajes del abdomen.

Morning Musings. (LS) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora