capítulo 13

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Mientras tanto en la estación de autobuses un niño solitario se acerca a una cabina telefónica donde busca un directorio y encuentra la dirección de su padre, vuelve a salir. Se sube a un taxi y un rato después llega a su destino.

—Esto fue muy fácil.

Parado frente al edificio de departamentos, que más bien parecía una antigua bodega industrial, entro y se dirigió al que habitaba Neal. Cuando estuvo frente a la puerta tomo aire y toco, del otro lado, su padre — quien ya estaba enterado de de que el llegaría a buscarlo — al oír que golpeaban, abrió la puerta.

—Hola hijo ¿Cómo estás? – saludo con un abrazo al pequeño.

—Hola pa ¿Puedo pasar?

—Claro que si – él se hace a un lado para que el chico pase - ¿Viniste solo o Emma está contigo?

—A decir verdad ella no sabe que estoy aquí.

—Te escapaste. – el chico tenía cara de culpable – Henry eso está mal.

—Lo sé papa pero vine porque tenía que advertirte.

— ¿Sobre qué? Aquí estoy a salvo, lejos de la magia y de mi padre.

—Es exactamente sobre eso que vine, el ha hecho algo malo, molesto a alguien muy poderoso y juro que se vengaría de él arrebatándole lo que más amaba.

—En ese caso te equivocaste, lo que la más ama es a su magia.

—No lo entiendes, el amenazo con matarte. Debes regresar conmigo a Storybrooke.

—Hijo, tu sabes que pasando la barrera mágica del pueblo no hay magia, aquí no corro ningún peligro.

—Pero también está el dragón de Nueva York, y el tiene magia

—Lo sé, lo conozco y yo le pedí que desligara mi vida de la magia en cuanto regrese del bosque encantado, ya no podre volver, fue necesario.

— ¿Por qué lo hiciste? Ahora no podrás estar conmigo.

—Lo siento Henry, pero no quiero volver a Storybrooke.

El chico se puso las manos en las caderas y bajo la vista, no podía creer que su padre haya sido egoísta y le haya hecho eso, el ya no podría regresar nunca más podría volver a verlo. Neal quiso explicarle el motivo de su decisión pero lo interrumpieron unos golpes en su puerta, fue a abrir y allí estaba Emma y con ella venia un hombre al que creyó muerto, el antiguo sheriff.

—Emma ¿Cómo estás?

—Bien Neal ¿Dónde está? – Él le hace una seña para que pasen – gracias.

— ¿Cómo es que él...? – Neal se veía confundido al tener frente su a un tipo que se suponía debería estar muerto.

—Larga historia, luego te cuento. Henry Daniel Mills ven acá ahora mismo – el chico aparece cabizbajo desde la habitación donde se había escondido.

—Yo solo hice lo que él – señala a Graham – debía hacer en primer lugar.

— ¿A qué te refieres?

Henry estaba molesto, una cosa era que lo trataran como a un niño frágil y otra diferente que lo trataran de mentiroso, en ese momento estaba enojado por lo que su padre había hecho, con su abuelo porque por su culpa la vida de Neal corría peligro y también lo estaba con el recién resucitado Graham por haber hecho un trato con Gold y porque le estaba mintiendo a su madre, así que no le importo lo que pasara y soltó todo sin pensar.

— ¡Graham hizo un trato con Rumplestilskin!

—¿Qué hizo qué? ¿Por qué? ¿Qué clase de trato?

—Es verdad, lo siento mucho Emma, tendría que habértelo dicho en el camino, pero la verdad es que el me busco anoche después de que mi memoria volvió y me ofreció un trato la respuesta a mi vuelta a cambio de traer a su hijo a Storybrooke con nosotros.

— ¿Por qué no me contaste? Ahora entiendo porque estabas en silencio y te veías preocupado.

— ¡Perdóname! de verdad no tenía idea de cómo decírtelo.

—Si te preocupaba, no iba a enfadarme por el hecho de que hallas hecho un trato con el oscuro, pero se lo contaste a Henry ¡Todo este tiempo sabias a donde había ido y para que, eso es lo que me enfada ahora, creí que podía confiar en ti!

—No fue mi intención... Emma te juro que no quise herirte.

—Vete de aquí. – Emma estaba intentando contener las lagrimas que comenzaban a formarse en sus ojos debido al enfado que estaba conteniendo.

— ¿Qué por qué?

—Vete, este es un asunto que debo resolver con mi hijo y su padre.

—Emma yo...

— ¡VETE DE UNA VEZ MALDICION!

Graham salió del lugar con la cabeza gacha y triste, la rubia lo veía decepcionada, camino por el corredor enojado pero no con Emma sino consigo mismo, la noche anterior se le fue la lengua con el chico y ahora está metido en un problema y para colmo tenía que convencerla de que lo perdone, conocía a la rubia y por su historia le era difícil. Golpeo la puerta de la calle cuando salió y miro hacia arriba al balcón del departamento donde ella se encontraba en ese momento.


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