Cartas de una adolescente desvelada

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Richard, soledad y nostalgia

29/10/2017

El sol ha decidido salir, por fin puedo descansar y he dormido plácidamente como hace años cuando la preocupación y la depresión no eran parte de mi diario vivir. La depresión aparece de un momento a otro y se apodera de ti silenciosamente; no nos damos cuenta cuando llega, reaccionamos cuando ya se ha sentado a lado de nosotros mientras nos observa como morimos poco a poco, cuando ya estamos atascados en un estado mental.
Estoy bien me repito en mi cabeza, pues aprendí a amar y lo digo de nuevo "estoy bien", y es verdad, el dolor de tu huida se a apagado y ahora solo pienso en querer vivir. Te vi venir a a lo lejos y mis ojos se llenaron de lágrimas, más no arroje ni una, ya no existen lágrimas para ti. Te salude y lucías perfecto, pero mis ojos ya no se fijan en ti.
He conversado con mi cerebro, Richard; se ha enojado conmigo, pues dice que me he enamorado muy rápido, pero que puedo hacer cuando el amor a tocado mi puerta otra vez y yo le he permitido la entrada, ha caminado por mi sala y recorrido todo mi espacio hasta llegar frente a mi, donde sentí su respiración chocar con la mía y donde me dejó leer sus pensamientos, el me ama.

"He olvidado tu rostro, no recuerdo tus manos, ¿como besaban tus labios?"

Frase de Pablo Neruda las cuales ahora me siento en el, analizando cada palabra, cada línea. Y dejo esto hasta aquí, pues dije que no gastaría ni una lágrima en tu recuerdo, pero la nostalgia a llegado hasta mi, hundiéndome.

-tu gorda