3. Mi Victoria

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La gran fiesta en honor al nuevo rey de las colinas del sur: Enrique Villarda estaba a su quinto día de celebración, daba sorpresa que los barriles de vino y cerveza eran interminables y los banquetes eran los más grandes y más exquisitos, dignos de la nobleza.

Al astuto de Fray Pedro, quien es conocido como el consejero real empezó a preocuparse de que el rey no estuviera al tanto de las responsabilidades que dejó su padre así que se acercó a él, antes de empezar la cena.

-Su majestad, lamento interrumpir la celebración de su coronación pero tengo que hablar con usted

-¿Qué es de lo que quiere hablar, Lord Pedro?

-Sobre asuntos del reino- Dijo Pedro con temor a ser rechazado de su petición

-Está bien, hablemos en mi trono, también he querido hablar con usted

Ambos salieron del comedor real para dirigirse al salón del trono, nunca se había visto a Fray Pedro tan preocupado o había interrumpido la comida de su ciervo.

-Bueno su excelencia, tenemos que arreglar asuntos muy importantes, el rey Bowen ha conquistado todo Malja y solo necesita un punto débil para atacar las colinas, también los rebeldes de la plata

- Espere, Lord Pedro- Interrumpió Enrique al escuchar demasiada responsabilidad a su mando. -¿Sabe qué? No puedo, no me siento listo para poder gobernar, tengo la sensación de que llevaré a la miseria al reino, soy simplemente joven para esto.

- Su gracia, puedo asegurarle que hasta las personas más ancianas como yo, no solemos hacer sabias decisiones. Es por eso que estoy aquí, su consejero.

-Me recuerda mucho a su padre cuando fue coronado rey

- ¿Por qué él desapareció?

- Lamento, no darle respuesta. Podría decir cualquier razón pero la que menos diría sería por cobarde, Guillermo fue un hombre valiente y humilde.

- Yo siempre pensé que mi padre era un loco, tal vez porque nunca me había dicho el cómo conoció a mi madre o algo de su pasado

Pedro se había callado por un momento, era algo incómodo para él así que desvió el tema.

-Su majestad, el pasado no nos ayudará en nada en resolver los problemas del presente.

-¿Y entonces que lo hará?¿Cómo conoció a mí padre?

Pedro, con una cara de temor a ser ejecutado prefirió decir la verdad y con balbuceos se dirigió al rey.

-Su majestad...a su padre, el rey Guillermo lo conocí cuando el pueblo le puso la corona, yo solo acate las órdenes como consejero del rey que estuvieras a cargo de este pueblo.

-Bien, nunca sabré quién es mí padre- Enrique cogió una daga de su trono y la miró mientras seguía hablando con Pedro, el consejero.

-Fray Pedro ¿Qué problemas tenemos?

-Mi rey, le aconsejo que disfrute este día y que haya disfrutado los demás, puede ser los únicos días de gloria en su vida. Las responsabilidades perdemos dejarla para cuando salga el sol en la colinas.

Ambos se habían retirado de la sala del trono, Enrique guardó la daga bajo sus vestiduras y continuaron con las celebraciones de coronación.

El banquete real, estaba por comenzar, un gran evento lleno de la gente más noble y más poderosa de toda la región de Malja o bueno, esa es la idea ya que casi toda Malja estaba en manos de Luis Bowen.

Con aplausos y elogios, el rey Enrique fue recibido tanto de sus consejeros y los extranjeros de la región. Antes de degustar los platillos, el hombre bajo la corona de plata agradeció a todos por venir a la celebración, un discurso tan cliché que provocó la somnolencia de algunos invitados.

El anfitrión al chasquear los dedos, llegaron todos los sirvientes con los platos, alcanzaba para todos e inclusive te podrías dar el lujo de elegir lo que quisieras y hasta que el estómago reviente.

La comida se acababa conforme las velas de los candelabros se consumían; golpes y gritos provenían de la puerta como si alguien quisiera pasar por lo que había desconcertado a todos, sobretodo al soberano de las colinas.

-Guardias ¿Qué es lo que está sucediendo allá afuera?

-Alguien quiere entrar, su majestad

Antes de haber tomado la palabra el rey, la puerta había sido abierta con una sorpresa, sumamente increíble, una mujer con un vestido un poco sucio y maltratado pero a pesar de esto, vi cómo le brillaban los ojos al jóven Villarda. La mujer misteriosa tenía un pelo tan rojo como el fuego, al ver su piel piensas que ésa dama y fue bañada en leche, era alta; una mujer apropiada para un rey.

-¡Victoria! ¿Me podrías explicar qué son estas horas de llegar?- Había gritado uno de los diplomáticos extranjeros.

-Disculpe su majestad, perdón por el incidente de mi hija…-

-No,no se preocupe mi Lord déjelo así. -

Enrique se dirigió a la bella Victoria con esa mirada que emanaba asombro y amor a primera vista. La gente en la mesa murmuraba sobre la acción que hizo el rey.

-Victoria ¿Verdad?

-Claro su majestad

-Siéntate a lado mío, deja que mis sirvientes traigan una silla.

Todo regreso a la “normalidad”todos seguían degustando el festín, bebiendo barriles y barriles de vino. La oscuridad de la noche, se debilitaba y el compañero eterno de la luna se asomaba por las colinas; Enrique lo encontré en su cama pero entre las sábanas estaba esa chica del vestido maltratado, precozmente consumiendo su amor.

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⏰ Última actualización: Oct 11, 2017 ⏰

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