Navegando en mis pensamientos

La cuenta atrás

Relato uno.

Adivino unos labios trazándose un camino por mi piel. Haber, tener, disfrutar... ningún verbo podría explicar el enredo de sensaciones que me embriagan. A la vez, me hundo en este afable castigo.

Uno, dos, tres. Exhalo gemidos incomprendidos mientras cuento los segundos que quedan para que me vuelvas a tocar.

Cuatro, cinco, seis. Tu húmeda lengua se abre camino hacia mis pechos. Juega con ellos, los relame y los pellizca, los sostienes entre tus hábiles manos y los acaricia como si los fuera a olvidar.
Mi cuerpo comienza activarse, se llena de vida. Cada célula que hay en mi, esta vibrando y gritando, sin codiciar un final.

Siete, ocho, nueve. Puedo sentir cada centímetro de mi alma siendo tentada por la tuya, alertando a mis sentidos.

Diez, once...doce. El dulce sonido de la cremallera al bajar, tan melodioso y excitante en este momento. Mi piernas tiritan del calor que les cedes.
Un escalofrío recorre mi espalda, eres tú. Cumpliendo todos mis deseos, te adentras en mí. Tus uñas rasgan mi espalda, para luego pasar tus manos por el interior de mi muslo, haciendo círculos, escalando más y más. Me haces sentir todo y nada.

Quince... dieciséis. Aprieto las sábanas , cómplices de la pasión que padezco.
Mi boca se entreabre al mismo tiempo que mis ojos se cierran con fuerza.
Empujas mis caderas contra ti, más cerca que nunca. Cada vez nos hallamos más juntos, explorando cada lugar exótico de nuestros cuerpos, más rápido.

Mi mente se funde en mil colores, que se mezclan y explotan como una bomba. Todo se acelera en segundos.

Me aferras con fuerza, dejando marcas de lujurias tatuadas en mí.

Nuestras respiraciones aceleradas, indicio de que esta aventura esta llegando a su destino. Cientos de suspiros encerrados en estas paredes mudas, que guardan recelosas nuestro secreto.

Nos dejamos ir en un vaivén de frenesí, donde caemos rendidos en una cama que nunca entenderá la batalla que ha contemplado.