Flores. [Shigaraki Tomura | BNHA]

VII

"El golpe seco sobre el mesón resonó por todo el bar. La rabia y la desesperación inundaban la cabeza del villano; quería matar al pelinegro.

—¡Te dije que no te acercaras a ella! —Estalló en cólera e irritación. En esos momentos no estaba controlando las sensaciones que tenía en su interior, eran emociones nuevas y experimentarlas a ese punto de su vida quebrantada no le gustaba—. Cómo es posible que se haya dado cuenta... —susurraba para si mismo.

Desde que llegó Dabi y le dio el recado que le había dejado la chica, todo había caído en pedazos, sus planes, sus metas, y su relación.

—Eso no lo sé, yo solo te mando el mensaje. —El de cabellos negros no le tomó tanta importancia como lo estaba haciendo Shigaraki, pero él no sabía qué tan importante era la chica para el -lider- de la liga de villanos. 

Como cada vez que no sabía que hacer y perdía la paciencia, empezó a destrozar parte de su cuello con sus dedos; los rasguños pasados fueron nuevamente abiertos por su acción. Mientras que el chico estaba en su propia burbuja de pensamientos, su aliado y mano derecha se mantenía al margen de lo sucedido, pero procurando que Shigaraki no se lastimara más de lo debido.

—Shigaraki, tal vez debería olvidarse de la chica. —Después de decir lo que pensaba y obtener la mirada silenciosa de su compañero, siguió hablando—. Debería centrarse en el próximo ataque.

—El próximo ataque... el próximo ataque...—repetía a cada rato en un susurro inaudible. De repente su auto-lesión paró—. Sí, el próximo ataque... —Los pensamientos del villano eran escalofriantes—. Ese día el grupo irá tras el chico Bakugou... —Dabi y Kurogiri miraban a Shigaraki mientras hablaba—, y yo iré por ella.

El pelinegro bufó.

—Aparte de horrible, eres un demente."

×××

Las miradas encima de ella eran notorias, sentía la presión de mil ojos en su cabeza mientras esta estaba gacha mirando el piso. Cada uno de los presentes no decía ninguna palabra, mas que una reunión entre villanos, parecía una incómoda reunión familiar.

Hace menos de una hora que estaba sometida en esa silla, a manos y pies atadas. El roce de las cuerdas en sus muñecas le ardía, al igual que su garganta. El picor de su nariz no era más que las ganas contenidas de no dejar salir ningún sollozo, no quería darles el gusto de verla vulnerable, aunque en esa situación era imposible. 

Delante de ella se encontraba su secuestrador sentado en un taburete dándole la espalda. Estaba más concentrado en el rubio, que al igual que ella, tenía sus manos aprisionadas, solo que él tenía un aparato más elaborado.

El silencio por los presentes era opacado por el ruido de la televisión emitiendo lo que era una conferencia de prensa por parte de la gran academia de héroes. 

La chica levantó la cabeza poco a poco, solo para poder ver a su alrededor. Su vista paseó por la pequeña habitación hasta llegar al otro prisionero, el rubio la estaba observando. La joven recordaba a Bakugou, esa mirada penetrante era la misma de la otra vez, pero ahora estaba más serio. Si mal no recordaba, él era un estudiante de UA, lo que le daba sentido el porqué estaban tan preocupados por él. 

La chica nuevamente agachó la cabeza, sus ganas de llorar habían vuelto. Él tenía a media ciudad buscándolo, preocupados por su desaparición, seguros de que él era fuerte y sobrepasaría esta penuria. 

Pero, ¿y ella? ¿A quién tenía? ¿Quién la estaba buscando? Nadie. Es decir, quién se preocuparía por ella, si no tenía a nadie. Seguramente ni siquiera saben que ya no está, o que está en peligro.