Cap1:Nacidos de una planta

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Ya era de noche, la luna estaba en su punto mas alto... Una luna tan brillante y bella, realmente daba un aire de melancolía y anciedad más aún para alguien que viaja constantemente ¿no?, ser capáz de ver lugares distintos... Tantos cambios tantas personas nuevas y sin embargo ver aquella misma esfera redonda en el cielo que casi como una promesa, se hacía presente todas las noches en la habitación de aquel chico.

La habitación de Edgar es solo un vagón el cual esta dividido a la mitad por una pared con una puerta al medio. Su cuarto esta casi vacío,exepto por un espejo, y una puerta corrediza enorme, con un monociclo al lado de la misma, y arriba de esta, se ve una campera de cuero algo gastada.

El, se encontraba durmiendo en su colchón el cual esta acomodado en el medio del suelo de aquella habitación.

La puerta corrediza posee una pequeña ventana la cual da justo donde esta Edgar; poco a poco pequeños rayos de luz de luna llenan lentamente esa habitación.

Los delicados rayos, llegaron hasta el muchacho que, lentamente comenzó a despertar; dio un gran bostezo mientras se refriega los ojos en un gesto de cansancio. El muchacho se levantó destapándose y caminando lentamente hacia la ventana, la cual abrió dejando entrar aquel frío húmedo de la noche, su cabello castaño, parecía enloquecer con el viento que dejaba el tren en movimiento.
El viento entra con tal fuerza por la ventana que para el, le era difícil el poder respirar, su piel morena comenzaba a erizarse por el frío, sus ojos se cristalizan mientras observa con dificultad aquel precioso paisaje. El frío había invadido la habitación por completo por lo que el muchacho cerró la ventana y se puso la campera de cuero, luego se dirigió a la habitación de su hermana, que esta al lado del suyo. Al entrar a la habitación, se podía ver que no hay mucha diferencia con el suyo, a no ser por un armario grande color marrón, con un diseño muy particular que, se encontraba a la derecha de la puerta que conecta ambos cuartos.
Un foco bastante viejo, alumbraba con una débil luz blanca, algunas partes del cuarto, dando una sensación no muy agradable en aquel lugar... Pero Edgar, ya esta acostumbrado al ambiente que da, y su hermana mucho mas. Miro al frente donde vio a su hermana aún dormida sobre un colchón en el medio del piso, la joven no tenía una ventana en su cuarto, pero si un espejo que según ella "era lo mismo".

El muchacho se acercó a la chica, y la sacudio para poder levantarla.

-¡Bell!... ¡Bell!... ¡Vamos lebantate!-. Grita el chico, mientras su hermana comienza a estirarse y lentamente, abre los ojos.

-¡Edgar!- dijo la chica muy feliz de haberlo visto.

-¿Como te sientes ahora?- pregunta preocupado.

-¡Mucho mejor!... Pero aún tengo nausias-. Señala la boca del estómago-

-No te preocupes, te traeré la palangana mas cerca por si quieres vómitar de nuevo...- se levanta y saca una palangana que estaba dentro del ropero, y se la acerca- aquí tienes-

-Gracias, espero que no te moleste que te pida un ultimo favor...-

-¡claro!, dime- dijo el chico con una gran sonrisa en su cara.

-...Necesito que cuando la función termine, le digas a mamá que me fui a hablar con Lydia...-.El chico se puso serio, pues ya se imaginaba de que se trataba.

-la mira a los ojos -¿y se puede saber, por que?-

-agachando la cabeza -...por favor...- dijo la muchacha triste, incapaz de ver a su hermano a los ojos.

-¡¿Iras a ver a ese chico de nuevo?! - dijo Edgar enojado mirándola fijamente.

-¡No lo entiendes!-. dijo alzando la voz.

El Circo Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora