El hechicero.

La pintura.

El pequeño príncipe corría por todo el castillo acompañado de su mejor amigo, Kenneth, un niño de su edad que era hijo del caballero de su padre, Liam y un omega al que nadie conocía, según el hombre, el chico murió dando a luz a Kenny.

Los dos chicos iban tan concentrados en su juego que no se habían dado cuenta que había entrado al despacho del rey, para Fred fue un gran susto ver en donde se encontraba, mientras a Kenny le daba igual y empezó a curiosear por toda la habitación.

—Kenny, creo que debemos irnos, no creo que a papá le guste que estemos aquí. -Fred dio un salto del susto, Kenny no estaba. Buscó a su amigo por toda la habitación hasta que lo encontró viendo detrás de un estante, el cual estaba separado completamente de la pared. — ¿Kenny?

—Fred... Mira - Kenny señaló un pequeño cuadro que se encontraba en esa pared, en el se podía apreciar a una persona, si Fred no conociera a Kenny con su cabello largo y rostro fino, podría jugar que quien se encontraba en la pintura era una chica. En la pintura se podía ver perfectamente a un exquisito joven omega, cabello largo, y algo rizado, también tenia una hermosa sonrisa, acompañada de unos hoyuelos, pero lo que más llamó la atención del niño eran esos lindos ojos verdes, que a pesar de ser una pintura, en estos ojos se podía apreciar un hermoso brillo, quien se encargó de hacer la pintura estaba muy concentrado en el omega al momento de pintarle. Además de tener plasmado a un hermoso ser, la pintura era realmente bella.

Tocó suavemente con su manita el lienzo, suave, fue lo único que pensó en ese instante, no sólo la superficie era suave sino también los trazos de pintura en ésta.

El estante, el cual estaba separado de la pared como no debería estar normalmente, pero nadie entra en esa oficina además de su padre, el rey no se encontraba en el reino, había salido al reino vecino así que nadie más estaba, era como si el mayor hubiese movido el estante antes de irse, pero ¿Por qué? ¿Por qué su padre querría ver ese cuadro antes de marcharse? Tenia curiosidad. Ver el rostro plasmado en el lienzo le hacia sentir incertidumbre, algo le decía que aquella persona era realmente importante. Sin dudarlo tomó la pintura en sus manos con sumo cuidado, aquella obra de arte debe ser cuidada, no se perdonaría el estropearla. La única persona que le vino a la mente era su madre, seguro ella sabría que pasó con ese chico, por sobre todo sabría quien era y porque su padre tenia tan bella pintura escondida detrás de aquel estante de libros.

Salió del despacho sin importarle el dejar a Kenny detrás de él, corrió buscando a su madre por los pasillos del castillo, eso fue hasta encontrar a la rubia en una de las salas de estar, frente a la chimenea. Se acercó sigilosamente a ella y le mostró el cuadro que llevaba en sus manos.

—Mamá ¿Quien es él? - preguntó viendo como Kenny llegaba a su lado con una sonrisa la cual borró el ver el rostro molesto de la reina. Fred al voltear y ver a su madre pudo notar que esta miraba al protagonista del cuadro con odio, eso sorprendió al niño, el no esperaba aquella reacción, mucho menos de su madre, quien siempre se mostró muy amorosa ante él — ¿Mamá?

—¿De dónde sacaste eso, hijo? - el niño no entendía porque tanta repulsión ante una pintura y una persona tan bella, era algo ilógico para él. — ¿No me dirás?

— Del despacho de papá, estaba detrás de un estante de libros - Habló rápidamente, el tono que la mujer estaba usando le daba miedo, y no era el único, ya que sintió como Kenny tomaba su brazo con algo de fuerza. — Él es muy lindo, y quería saber quien era.

Aparentemente sus palabras no causaron más que enojo en su madre, ya que la reina frunció más su ceño en señal de clara molestia.

—¿Enserio quieres saber la historia de... él? - al reina al ver cómo ambos niños asentían, no tuvo más remedio que soltar un profundo suspiro -— Si no tengo otro remedio, tomen asiento.

Les regalo este edit de Harry xdxd.