Prólogo

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—Midoriya ¿has escuchado sobre Kokkuri-san?

Era viernes, y antes de que Kaminari llegara tan animado a hablarle, Izuku planeaba tener un fin de semana tranquilo para hacer la tarea y ayudar a su madre a hacer los quehaceres de la casa, o entrenar con Toshinori-sensei en el dojo. Estaba juntando sus cosas, pero aquel nombre le llamó la atención

—¿Kokkuri-san...? —preguntó, ladeando la cabeza

Kaminari Denki sonrió al tener su atención

—Si si ¿sabes algo sobre la Ouija que juegan allá por Occidente?  

Izuku de inmediato se alarmó, frunciendo el ceño

—Bueno... si, pero no me agradan ese tipo de cosas...

—Oye, tranquilo —carcajeó el rubio—. Déjame explicarte...

Mientras guardaba sus cosas, Denki procedió a explicarle sobre a lo que llamaba Kokkuri-san, resultando ser un juego, uno un poco peligroso a su parecer

Kokkuri-san es una mezcla de un zorro, un perro y un mapache —explicó—. Es sabio y astuto como un zorro, pero también es un mentiroso  —dijo soltando una risita, cosa que Izuku imitó—, tan leal y protector como un perro, y tan travieso como un mapache, aunque también trae buena suerte. Todo eso es Kokkuri-san

Denki se veía muy orgulloso de su explicación, sonriendo con suficiencia ante un Izuku genuinamente interesado en el tema. Y como buen nerd que era, la curiosidad pudo con él  

—Pero sigue siendo una puerta para espíritus ¿no es así? —preguntó con cierto recelo

—Dicen que no es tan peligroso como la Ouija, después de todo, sólo invocas a Kokkuri-san —se encogió en hombros—. Suena divertido ¿no crees?

—Parece interesante... —murmuró llevándose una mano al mentón 

Denki rodeó sus hombros con un brazo, acercándolo hacia él para susurrarle algo

—Ashido y Mineta ya se apuntaron  —dijo en voz baja, asegurándose de que nadie lo escuchara—. ¿Quieres venir también?

Izuku se sorprendió. Si bien, se llevaba muy bien con esos chicos, no solían incluirlo en sus locuras. El prefería ponerse a leer algo o entrenar en el dojo de su maestro, quizás pasar el rato con sus amigos en alguna de sus casas, pero definitivamente, hablar con espíritus no era algo que le emocionara llevar a cabo 

Sin embargo, aquel juego despertó su curiosidad, y a la vez un extraño miedo 

—No lo sé Kaminari-kun... —respondió en voz baja también  —. Puede que no sea real, y aún peor, si lo es ¿no resulta algo peligroso? ¿Y si Kokkuri-san quiere jugarnos una broma? ¿y si es tan inmaduro que no sepa cuando parar...?

Denki se separó de su compañero y lo escuchó murmurar un montón de posibilidades, una con peor resultado que la anterior. Soltó un suspiro y dejó una mano en su hombro

—Si no quieres ir, no hay problema viejo —le sonrió, parando los murmullos del menor—. De todos modos, por si cambias de idea, estaremos en casa de Mina mañana a las siete de la noche. Sus padres no van a estar  

—Gracias Kaminari-kun... —desvió la mirada un segundo y se pasó la mano por su nuca—. Lo pensaré 

Después de eso se despidieron y salieron del salón, yendo por caminos diferentes. Izuku iba directo a la biblioteca, necesitaba saber más sobre ese juego. No se consideraba una persona supersticiosa, aunque tampoco alguien a quien le pareciera una tontería el tema de lo paranormal, hasta le resultaba interesante en la mayoría de casos, aunque siempre hubiera algo dentro de él asegurándole que aquellas leyendas no eran verdad 

Kokkuri-san [コクリさん]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora