Capítulo 5.

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No me dí cuenta el momento en el que Alex había decidido quedarse a dormir conmigo. Creo que me sentía tan débil que lo único que quería era su compañia, que el vació que sentía en ese momento se llenara con lo que el me podía ofrecer. Yo estaba apoyada sobre su brazo extendido y el tenia una mano en mi cintura, apegándome a su cuerpo. Sus rizos rubios caían sobre mis mejillas. Empezó a peinarlos y el abrió lentamente sus ojos azules, despertando. Sonreí levemente y el me abrazo aun mas fuerte. Vi unas pequeñas ojeras en sus ojos, probablemente había estado velando mi sueño.

-¿Tuviste una pesadilla?-me pregunto susurrándome en el oído.

-No que yo recuerde, ¿tuve alguna?

-Si, estuviste llorando en tus sueños toda la noche.-dijo besando mi frente. Sus labios rosados me encantaban de una manera increíble. Tenían una suavidad que me dejaba sin aliento. Alex se dio cuenta que miraba sus labios.- ¿Que pasa?

-¿Eh?-pregunte saliendo de mi trance. El rió levemente y se incorporo quedando sentado. Yo casparre porque al hacerlo me había soltado. Alex me miro divertido y con un solo brazo me elevo y me posiciono sobre su regazo. Yo sabia que era más delgada que cualquier chica, pero no sabia que era tan delgada. O tal ves era que él era muy fuerte y yo era un pluma para el. Nos miramos fijamente a los ojos, azul y gris... Se mezclaban y combinaban perfectamente. Apoye mi rostro en su cuello y con una mano acaricie su nuca mientras jugaba con los puequeños rizos. El sonrió pero  me volvió a preguntar:

-¿Que fue lo que soñaste para estar llorando en sueños?

Me quede pensando y vino. Mi sueño había tratado sobre... mis padres. En el yo era una especie de fantasma y habían dos jóvenes, abrazados. 

-Todo va ha estar bien Kate... Todo va estar bien.-decía el joven en un tono suave, tranquilizando a la chica que lloraba desconsoladamente en sus brazos.

-¿Que me van a decir mis padres? Solo tengo 16 años... Yo.. Yo no estoy lista para ser madre...

-Tu seras una gran madre...

-No... No puedo criar a un bebe cuando ni siquiera tengo una carrera... No podemos tener a este bebe...

-¿A que te refieres?-preguntaba el joven tomando a la chica por los hombros. La mirada de mi padre... Era amenazante, tan... intimidante. Seguramente así era mi mirada cuando me molestaba, porque recuerdo que Kimberly me dijo que era intimidante. Mi madre guardo silencio.- ¿T-Tu quieres abortar?

Miedo. Sentí miedo, era tan desgarrador ver esta imagen... Yo no quería seguir ahí. Yo podía cambiar mi sueño pero algo no me lo permitía, algo hacia que me quede ahí viendo esa escena, donde debatían sobre mi futuro, donde decidían si iba a vivir o morir

-No... Es una opción.. Pero no quiero, quitarle la vida a una persona. Ella no tiene la culpa de nada, nosotros somos la que la trajimos.

-Tienes razón, debemos ser fuertes...

-Clare, respóndeme.-dijo Alex sacudiéndome.

-Ellos... Ellos me dieron la vida...-dije con miedo. Alex me seco las lágrimas y beso mi frente.

-Tranquila... Solo fue un mal sueño... No llores, por favor.-me rogó abrazándome. no, no podía ser débil en este momento, debía ser fuerte y probar mi valentía.

No voy a llorar más, yo debo salir adelante. Por que soy la niña que sobrevivió, que creció sin padres, sin padres biológicos. Soy la niña que supo que no encajaba en su familia, la niña que no encontraba su verdadero ser, y esa era mi misión, ayudar a esa niña a encontrar a su verdadero ser.

...

-¿Estas segura?-me pregunto cuando llegamos al centro de la ciudad, a un edificio, a una productora, a la productora de mi padre.

-Más que nunca.-dije volteando para verle. La lluvia que caía había mojado su cabello y los rizos se le pegaban a la frente. Yo llevaba una capucha, el también debía llevar una pero dijo que le gustaba el contacto del agua con su piel.

-¿Quieres que te acompañe?-pregunto con preocupación. Negué con un movimiento de cabeza.-Vale, pero si quieres que vaya solo me mandas un mensaje. Estaré en el estacionamiento dentro del auto.-dijo entrando al auto.

-Vale, nos vemos.-dije encaminándome a la entrada.

Amplio, era amplia la oficina principal.

-¿La puedo ayudar señorita?-me pregunto una secretaria con un tono de felicidad completamente falso.

-Si, vengo a ver al Sr. Anderson.-dije en un tono seco. No sabia porque hoy todo en mi era seriedad.

-¿Su nombre?-pregunto con el mismo tono irritante de falsa felicidad. Me estaba empezando a hartar.

-Clare Anderson.-vi que la mujer abría los ojos y me pedía que suba al ascensor mientras le indicaba al botones que me lleve a la oficina de mi padre. El trayecto en el ascensor era corto, me despedí cortésmente del botones y entre a la pequeña recepción.

-Su padre la atenderá en un momento. ¿Se le apetece algo?-me pregunto una mujer que debía tener unos 30 años. Negué con la cabeza.

-No gracias, estoy bien.

-Vale, si es que quieres algo solo dímelo.-dijo tipeando algo en su computadora. 

Pasaron unos 10 minutos cuando salio mi padre de su oficina, se veía triste. Vi la silueta de mi madre en una silla dentro de su oficina.

-Clare... Pasa.-dijo invitándome a pasar. Estaba entrando a su oficina cuando dijo:- Marie... No estoy disponible para nadie.

-Si señor.-dijo la secretaria mientras mi padre me metía dentro y cerraba la puerta.

-Hola hija.-dijo mi madre dándome una sonrisa forzada.

-Si no quieres sonreír, simplemente no sonrías.-dije sentándome junto a ella. Tom se sentó a mi costado, quedando yo en medio de ellos.

-Pensábamos que no vendrías.-dijo mi padre ignorando mi comentario.

-¿Por que?

-No lo se... Pensábamos que seguirías un poco aturdida por lo de ayer.-explico mi padre mirándome fijamente a los ojos. Grises, siempre serán grises. Pero ahora que lo notaba, mis ojos no eran exactamente iguales a los de él. Sus ojos tenían como un tono medio verdoso y los mios tenían una tono azulado, seguramente por los ojos de mi madre.

-Lo siento.-interrumpió mi madre. La confusión se apodero de mi rostro y el de mi padre.- Siento que presenciaras la pelea de ayer. No debías estar en ese momento.-dijo bajando la mirada avergonzada.

-No hay problema.-dije con una sonrisa tranquilizadora y tomando la mano de mi madre. Ilusión, eso se veía en sus ojos azules que se humedecían. No se porque al ver eso, sentí un sentimiento de felicidad. Creo que fue el ver de que mi madre se ilusionaba por mi hizo que me sienta feliz.

-Clare...-dijo mi padre llamándome, yo voltee para verle.- Te queremos pedir algo...-dijo nervioso e intercambiando miradas con mi madre.

-¿Si?-pregunte con un poco de temor. Por Dios, no sabia que podía venir. Es que digamos... ¿Que puedes esperar de dos personas que tuvieron una hija con 16 años? Pues todo.

-¿Quieres acompañarnos a un pequeño viaje?-pregunto mi padre con un poco de ilusión. La misma que tenia mi madre en este momento.

N/A: ¡Lo siento! Se que se me ha pasado la ctualización pero la gripe no me dejo y hoy publico. Mi mente trabajara algo para subirlo el viernes si es que puedo. Perdonen por la tardía actualización y por si hay errores ortográficos. Gracias por leer.

Atte.

FiorellaLG

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora