Capítulo 3.

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  • Dedicado a todas las madres en su día.
                                    

Desperté en el sofá. No tenia idea de que hacia ahí, entonces recordé. Había tenido insomnio la noche anterior y había decidido ir por una taza de té. Me recosté ahí y parece que me quede dormida. Pensé que sentiría frió pero una cálida manta cubría mi cuerpo.

Unos pasos lentos y silenciosos se escuchaban, parecían venir hacia mi. El dueño de los pasos se detuvo al frente mio y gruño levemente. Sentí que tomo una esquina de la manta y me arropo.

-¿Como es que se destapa tan rápido? -se pregunto Alex. Le habia reconocido la voz y abrí los ojos. Ambos dimos un pequeño respingo cuando vimos la proximidad de nuestras caras. Intente mirarle a los ojos pero Alex me desvio la mirada.

-¿Que hora es?

-Son las 4 a.m....

-¿Que haces despierto?-pregunte obligándolo a mirarme.

-Eh...-empezó a balbucear nerviosos.- Yo solo escuche algo y te encontré dormida... No quería despertarte.-dijo revolviéndose el cabello, despeinándolo.

-Gracias.-dije sonriendole. El me lanzo una mirada confusa.- Por la manta.

-No hay problema..-dijo sonriendo levemente. Tomo asiento en el sofá.

-¿Tampoco podías dormir?-dije sentándome también, cambiando mi posición.

-No... Últimamente no tengo mucho sueño...-dijo intentando peinarse el rubio cabello.

-Deja.-dije sacando sus manos de su cabello, metí mis manos en su sedoso y ondulado pelo rubio y empezó a peinarlo.

-No es necesario que hagas esto. Yo puedo ir y peinarme yo solo.-dijo mientras relajaba su cuerpo.

-No hay problema, además, en vez de peinarlo estas despeinándolo aun mas.-dije riéndome. El bufo molesto y dejo que le peinara. Había terminado de peinarle, pero me quede acariciando su cuero cabelludo. Alex estaba con los ojos cerrados y el cuerpo relajado. Esbozo una sonrisa de satisfacción y mi cuerpo se tenso por la acción de mi acompañante. Creo que el lo noto porque abrió los ojos azules y aparto suavemente mis manos de su cabello.

-Ven aquí.-dije en tono defensivo posicionando de nuevo mis manos en su cabellos. Esta vez, el aparto mis manos de su cabello de una manera tosca y se puso de pie para que no volviera a poner mis manos sobre su cabeza.

-Será mejor que te duermas.-dijo en un tono brusco que no fue de mi agrado. Me puse de pie e intente hacerlo mirar a mis ojos.-¡Que dije que te duermas! -dijo en un pequeño grito. Abandone mis intentos de tranquilizarlo y me senté en el sofá.

-¿Estas molesto conmigo?-pregunte con inocencia y un deje de tristeza. Me había estado preguntando eso desde hace poco. A veces, su actitud era distante y me trataba de una manera brusca, justo como ahora.

-No... No, claro que no.-dijo ladeando la cabeza.- Solo estoy preocupado.

-¿Preocupado?

-Si, por que Tom vendra y tu estarás aquí.-dijo bajando la mirada en modo de reflexión. Ese acto me pareció tierno.

-En todo caso, la que debería estar preocupada soy yo.-dije tranquilizándolo.

-¿Estas prohibiéndome el preocuparme por ti?- me pregunto con desconcierto.

-N-No... Solo es que no me gusta que la gente se preocupe por mi, me siento como un estorbo.

-Pues te digo que eso no tiene nada de malo. Hay veces que así es como se demuestra el afecto que se tienen entre si.-dijo sentándose de nuevo a mi lado. Nos quedamos en silencio un largo rato, luego se levanto.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora