PRIMERA PARTE: "¿Te conozco?" Cap 2

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2. Estrujar

Dunkel fue hasta ella y la tomó en brazos.

-¡Auxilio! ¡Dejame ir maldición! -Ariel se movía de un lado a otro.

-¡Tranquila maldita sea! -la tomó de las mejillas-. Si no quisiste llevarme a esa fiesta, quiero divertirme aún así -hizo una insinuación con la cara.

-Ya basta, por favor...

-¿Primero gritas como loca y ahora pides compasión? Tú sí que estás mal, muy mal. Pero tú cara de perro apaleado no hará la diferencia.

-Espera quisiste decir que querías... ¿tener sexo? -trago saliva y lo miró un tanto aterrada. Quería llorar, ¿qué debía hacer? ¿dejarse? ¿huir? Tal vez sí debía seguir su juego.

-En efecto mi pequeña -posó su otra mano en su trasero y lo apretó, ella dió un respingo.

«Quizá si le sigo el juego se harte... -pensó- y me deje en paz...» -Entonces ¿qué estamos esperando? -sonrió con picardía y temor, se liberó de los brazos de él y comenzó a caminar hasta la sala-. Siéntete como en casa.

-Basta. No me trates como una visita más -inspeccionó el lugar con la mirada.

-Voy por un poco de agua ¿quieres un poco?

-Si, y como dijiste que me sintiera como en casa, también me voy a cambiar -comenzó a quitarse su chamarra de piel.

Ariel volvió con dos vasos y vio a Dunkel recostado en el sillón con sólo boxers-. ¿¡Qu-qué haces...!?

Dunkel partió en risa-. Ay Dios... -se levantó mientras se acercaba a ella lentamente, le tomó del trasero, la acercó a él y besó su cuello, hincando los colmillos por fin en él.

Hizo una mueca de dolor, sus manos soltaron los vasos y se dirigieron a los hombros del chico, lo empujaba al mismo tiempo que los apretaba.

Intentó parar, no quería matarla, al menos no de esa forma-. Que bien sabes...-dijo y empezó a besar su cuello de nuevo, lamiendo la sangre que se derramaba. Subió su mano por toda la espalda de la chica.

Ariel sentía como mil agujas se encajaban en su cuello. Sintió la mano por su espalda-. M...me du...duele...

No prestó atención a su quejido, volvió a meter los colmillos en la misma parte de su cuello y succiono otro poco. Metió las manos en su playera y desabrocho su sostén, mientras seguía lamiendo su cuello. La chica soltó los hombros de Dunkel, para sujetar su sostén por delante y que así no se cayese.

-Déjate ir, esto te gustara o quizás no -le dio un pequeño beso en el cuello, pasó su mano al frente, sacando el sostén de un tirón. Metió su otra mano, de un movimiento rápido le quitó la playera y comenzó a masajear sus pechos-. Jamás he succionado sangre de los pechos de una mujer-alzó las cejas-. Esta sería una buena oportunidad.

-¡No! ¡No!-trató de empujarlo, pero era demasiado tarde, sus colmillos ya estaban dentro de uno de su seno, ella gimió de dolor, estaba comenzando a llorar.

Succiono, intentando detenerse, saco sus colmillos de su seno-. Que delicioso, no sé si sabía tan suculento por tu excitación o porque está cerca del corazón.

-No lo sé... Tú eres el vampiro -tenía miedo de que succionara toda su sangre, y muriera de eso. Pensaba en que sería de su novio. ¿Qué le diría? ¿Le estaba siendo infiel...?

La miró a los ojos, en la mirada gris de ella se reflejaba odio por él, pero poco le importaba, no buscaba gustarle, para él era sólo un recipiente de sangre, estaba excitado y sediento. Le tomó por la nuca y la besó, como si su vida se fuera en ello-. Necesito tenerte... ya.

-¿¡Tenerme a qué te refieres!?-. De nuevo tarde, cuando se percató de los hechos ya la había tomado del cabello, la recargó en el sofá, para bajarle las bragas e introducir su miembro en ella-. ¡A...ah!
Metió su miembro sin compasión, estaba a punto de reventar, no podía parar de hacerlo duro y para sí mismo, sin preocuparse por lo que ella sintiera.

Empezó a excitarse, sin embargo aún estaba asustada. A pesar del miedo y placer juntos, su cuerpo pedía más-. ¡A...AH ¡A...AH! ¡Más! -gritó entre gemidos.
Su grito le dio risa-. Que urgida...- se detuvo- ¿más?-río a carcajadas-. Tendrás que pedirlo -la cargó y la llevó hasta su cuarto donde la postró en la cama-. ¿Qué es lo que quieres? -lo miró intimidada, pidió más, pero sólo era gracias a la adrenalina y excitación-. Dime querida ¿en verdad lo quieres? -la miró con extrañes y se cruzó de brazos-. Esto no es para darte placer a ti.

-Por favor. Acaba esto rápido -el odio en su mirada había desaparecido, sólo había temor, excitación y adrenalina.

Cierta chispa en su mirada hizo retroceder al ente, que no pudo ni siquiera hablar, la miró a los ojos, estaba lleno de odio, creía que estaba sintiendo algo por ella, y ni siquiera 5 horas habían pasado de haberla conocido-. En serio lo lamento... aunque no mucho -se acercó, la tomó de las piernas y ella rodeó el cuello de Dunkel, la pegó contra la pared, subió sus manos y le succiono sangre del cuello, mientras también le metía su miembro hasta el fondo, quería detenerse, pero no podía. Y ella sólo gemía de dolor, sus manos se aferraban a la espalda adversa-. ¡Maldita sea! -gritó él en su cuello. Le lamió lo que salía de sangre y siguió penetrándola, la juntó más a la pared y le besó en la boca.

MaureenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora