PRIMERA PARTE: "¿TE CONOZCO?" CAP 4

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3. Explicaciones.

1

—¿Ariel? ¿Estás bien? —Sam puso con delicadeza su mano en el hombro de su amiga.
—No. Vámonos, por favor —su voz temblaba, caminó con rapidez y pasó detrás de Dunkel.
El vampiro sonrió, sabía que ella estaría allí, sabía lo que le provocaría verlo ahí con aquella chica.

¿Por qué le dolía? No eran nada. Ni amigos. Ni enemigos. Ni amantes. Sin embargo las palabras que esa noche Dunkel le dijo la hicieron sentir especial en la vida de él «y te odio... pero también tengo ganas de amarte por toda mi vida». Que idiota al haber creído esas palabras.

Tal vez el hecho de mentirle, al decirle que su humanidad estaba perdida, pero estaba con esa chica, ¿Así es como engatusa a todas? ¿Ella era la más importante y por ello se detuvo un segundo a ver un vestido de novia?

Samantha la seguía desconcertada, no sabía porque el cambio tan repentino, se limitó a callar, el camino se volvió incómodo, Ariel sólo veía a la ventana pensativa, mientras Sam cantaba en voz baja. Al llegar a su departamento, la pelirroja se disculpó, besó a su amiga en la mejilla y se fue directo a su departamento que en esos instantes sólo le traían el recuerdo de aquella noche.

Entró a su morada, dejó la bolsa que llevaba a un lado de la puerta que cerró detrás de sí. La luz de su cuarto estaba encendida. El miedo subió por su cuerpo, ¿era un ladrón? Caminó con cautela, empujo la puerta muy despacio y ahí estaba la silueta de un hombre: Dunkel.

—¿Qué haces aquí? —intentó hacerse la fuerte, posó sus manos en sus bien definidas caderas y lo miró directo a esos profundos ojos.

—Ah, sí, hola Dunkel, ¿cómo te encuentras? —dijo con sarcasmo y se giró a ella, tenía una copa con vino—. Qué mal educada eres.

—Es mi hogar, y estas aquí sin mi permiso. ¿Qué demonios haces aquí? 

—Quería verte de nuevo —caminó a ella lentamente.

Dio un paso atrás, esas palabras llegaron como si nada—. Lárgate Dunkel. Vete a casar con cualquiera.

—¿De qué hablas? —él tenía un plan. Sabía que ella le diría eso. Tenía todas las respuestas, atajos, si algo no salía como lo deseaba, igual tenía alternativas.

—Vamos, vete. Sabes muy bien de lo que hablo —ella no tenía derecho de ponerse celosa, no era nada de Dunkel.

—Ariel, por favor. Dime de qué hablas.

—Deja de hablar así. Creí que tu humanidad se perdía y ni siquiera serías capaz de quererme o querer a alguien más.

—Ese es el problema. Cuando creí que ya estaba por pérdida, llegaste tú…

Ariel se obligó a erguir la espalda—. Ve y dicelo a la chica con la que te vas a casar.

—Ya te dije que no sé de qué demonios me hablas.

—¡Te vi con una chica hoy en el centro comercial! —bramó sin más, perdiendo la compostura.

—Ah...—se rió un poco—. La mate.

Ariel abrió los ojos como platos, sus piernas flaquearon, sentía que se desmayaría—. ¿Qué hiciste?

—La maté. La hubiese dejado viva. Sin embargo, cuando la conocí, la convencí de que ella era el amor de mi vida, ¿por qué a veces son tan imbéciles? 

—¿Y qué si no hubiese caído? ¿La hubieses dejado viva como a mí y le hubieses dicho lo mismo que a mi?

—Espera… ¿estás celosa? —soltó una carcajada. 

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2019 ⏰

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