I
Barack ingresa a la base de datos exclusiva de los especialistas. Se le ha enviado una copia de la poca información visual que se tiene sobre los monstruos. Nada conspicuo. Ningún indicio de cómo se generó esta crisis ni de porqué se había evitado medidas radicales. El gobierno podría enviar un contingente y destruir la amenaza. ¿Por qué tanta inacción?
El plato de lasagna, acompañándolo en el escritorio, se había quedado a medio devorar. No pudo decirle a Lally las características de la crisis. Fue más fácil explicarle que tenía que revisar el sistema de seguridad de manera urgente. Los medios hicieron el resto. Podía avanzar con el rompecabezas sin más preguntas. Lally cumple con su rol de mujer prudente.
Luego de dos horas de revisión, la data no lo conduce a ninguna parte. Necesita despejar sus ideas y no lo puede hacer con otro ser humano. Solo tiene su ordenador y el suculento acceso a los archivos de su jefe. A veces las crisis pueden ser entretenidas. Allí estaba la versión digital del file que se llevó el invitado del gobierno. Copiar la información sin dejar rastro no es una tarea difícil. Duplica la carpeta y la lleva a una sección privada. Suculenta información.
II
Evelyn mira por la ventana de su departamento. El cielo sin estrellas le dice que está muy lejos. Tal vez cerca de una amenaza. "Volverá", se dice. No se lo cree a sí misma. "¡Volverá!", grita a voz en cuello. Se tapa la boca y se esconde de la ventana. Tiene miedo de haber sido escuchada.
En el departamento solo hay silencio. La televisión está apagada. Las luces apagadas. El corazón apagado. El estómago vacío. No tiene hambre.
"Volverá", dice en voz baja. "Volverá pronto". Una sonrisa ilumina su rostro en la penumbra. "Sí. Él volverá", susurra con tristeza.
De pronto, tocan la puerta del departamento y pasan un papel por debajo de la misma. Un sobre se asoma con una extraña invitación.
III
- Ha venido por mí -sentenció Lena.
- ¿Estás segura? -cuestionó César.
- Sí. Lo he pintado tal y como se escucha.
- Y yo he soñado con su hambre. La siento tal y como ahora.
- ¿Qué podemos hacer?
- Sobrevivir, por supuesto. Pero, para eso, daré un paseo con él -sonrió como quien recuerda el sabor de la leche.
La pared se abre como estaba previsto. La bestia olfatea el rastro de sangre del hombro de César. Su aroma a dolor le deleita. César se siente seguro de que lo seguirá. Una ráfaga de luz sale de su mano. Un disparo. La bestia da un paso doloroso hacia adelante.
- ¡Ahora estamos en igualdad de condiciones! -le grita. Sabe que un disparo así solo sirve para aturdir y enfurecer.
César corre con la cabeza fría. Se siente asustado, pero actúa. Salta por la ventana. El ruido reactiva la atención de la bestia. Atraviesa la pared para salir. Otra ráfaga. Ahora en la pierna. La herida daña poco, pero acrecienta su furia. Comienza a correr a su objetivo. Se siente lenta con las dos heridas. Hace un amague de salto para llegar antes. Una ráfaga más le roza por la cabeza. Esta vez una de sus manos hace de bastón. Salta y cae pesadamente. César le robó un poco de equilibrio, pero la criatura se va acostumbrando al dolor y las quemaduras. Pronto atacará certeramente.
- ¡Vamos! ¡Ven aquí! -le grita César.
La bestia adivina la intención. Voltea hacia la casa. Huele un blanco más fácil. Ahora es César quien se enfurece. Dispara hacia su espalda una y otra vez. Solo lo ralentiza un poco más. Ya se acostumbró al dolor.
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El agente y la psíquica: Fines y reinicios de la Tierra
Science FictionUn hombre dotado con una extraordinaria capacidad de aprendizaje está en busca de un remedio para una enfermedad terminal. Para este propósito, investiga el rastro de un grupo de personas que sobrevivieron a una extraña explosión hace quince años. T...