Capítulo 2

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(El ser distraída atrae problemas)


Observo el reloj, ya casi es hora de que el autobús llegue, desayuno rápidamente, me despido de mi madre y salgo de la casa para agarrar el autobús.

Me bajo del autobús y camino hacia la entrada de la escuela, observo con discreción a las personas de mi alrededor, de repente lo veo a él, lo observo discretamente sin que note mi mirada mientras saco una libreta del casillero.

-No me cae nada bien- me digo a mi misma y continúo-creé que por dibujar demasiado bien es la gran cosa, ¡JA!, para nada.

Cierro el casillero y me voy hacia el salón, me siento en la misma silla que ayer, muevo mi cabeza un poco hacia el pizarrón y veo una silueta frente a mí.

-es ella-me dije y pregunte-¿disculpa?.

-este asiento ya está ocupado-me contesta.

-ah, ¿si? Y... ¿por quién?-le digo con tono desafiante aunque ese no sea mi estilo.

-¿y tú quién eres?-me pregunta.

-¿yo?, mi nombre es: CATHERINE -le contesté.

-ya veo cathe... Como te llames, solo por ser la primera vez lo dejare pasar-me dijo y continuo-mira tú... Yo soy Ivonne, por si no lo sabes soy la más popular de la escuela pero no entrare en detalles así que solo te diré, este a partir de ahora es mi asiento.

-correcto, me moveré-le conteste y la verdad no quería tener pleitos así que decidí solo hacer lo que ella quería, para así evitar problemas. Me fui a uno de los penúltimos asientos cerca de la ventana para no quedarme cerca de esa tal Ivonne, hasta su nombre me daba coraje.

Volteé y lo vi. A unos cuantos asientos él estaba ahí dibujando como si no hubiera nada a su alrededor y solo estuviera él, su libreta, y lápiz. Lo observé ya que nadie me notaba ni él porque estaba perdido en su mundo, lo contemple por un momento hasta que la chicharra tocó y el maestro de biología entro a dar su clase.

-Mi nombre es Mauro y soy su profesor de biología...-se presentó. Pero no le prestaba atención, no escuchaba nada de lo que decía simplemente me quedaba observando por fuera de la ventana contemplando ese cielo azul con tan hermosas nubes, hasta que de pronto escuché.

-señorita, ¡hey! señorita-dijo el profesor con cara de disgusto.

-¿si?- contesté.

-creo que lo de afuera es más interesante que mi clase ¿o me equivoco?-me dijo sarcásticamente.

-disculpe no volverá a pasar-le respondí nerviosa.

-eso espero-respondió.

Lamentablemente ese día no fue de los mejores debido a que el profesor me observaba en clase con cizaña y fue la peor de las vergüenzas, todos me notaron en esos minutos a pesar de que era invisible ante ellos. Fui la burla del día, y ya no hay remedio.

Un encuentro casualWhere stories live. Discover now