PERLAS PRECIOSAS | Cartas para mi luna de hielo #3|

Adiós, mi luna de hielo.

Mi amada luna, quiero decirte que he aprendido mucho de ti, tanto cosas buenas como malas, con el pasar de los años he aprendido que siempre me tengo que quedar con las cosas buenas de la vida. Y aunque ahora ni te hable, ni me hables, y yo te miré, y tú me mires, y no nos veamos, no pasa nada.

Ya no me conoces, ni verás aquel  brillo en mis ojos que tenía tu nombre, ni veré aquel  brillo en tus ojos que tenía mi nombre. Pero no pasa nada, las traiciones, las deslealtades, y las decepciones tienen consecuencias. Y aún así no voy a juzgarte porque no soy quién. Mi amada Luna, siempre fuiste  LUZ.

Desde aquel 20 de abril no soy la misma, ni soy pura, ni estoy perdida, creo que simplemente soy yo. Tus zafiros ya no me afectan, y mis otoños ya no te competen. Ya no hay más poemas, ni cartas ni textos que lleven tu nombre, ni tus iniciales ni tu sonrisa, ya no consigues que tiemble, ni siquiera de miedo. Ya no soy sumisa, y no permito que nadie me toque sin mi consentimiento. Aprendí a valorarme, a quererme, a querer mi cuerpo. Y fue difícil. Porque tú me hiciste trizas, y  ¿Sabes qué? He descubierto que siempre es más fácil construir algo con arena que con trozos rotos. Me moldeado a mi misma, soy lo que quiero ser, porque me siento cómoda conmigo misma, porque me quiero, me respeto y me valoro. Y porque ya no dependo de nadie, ni de tus rayos, ni de tus palabras, ni de tu aprobación. Mi querida luna de hielo, después de tantas cartas, tantos enfados, culparme de culparte tantas veces... Después de tantos autoengaños, aquí estoy, en una sola pieza, tranquila, sencilla, y simplemente yo. Tengo pesadillas, y sé que estarán allí durante mucho tiempo, pero al menos sabré que solo son pesadillas y no una realidad.

Te miro a diario, pero al menos te miro y no te veo.
  Al menos si te miro, o si te veo no te hablo. Nunca te disculpaste por tus errores, ni hablar de tu daño. Y sigue sin pasar nada, porque lo único que permite que pase y deje huella es el tiempo. Hasta nunca: mi amada luna de hielo.