Parte 1 : La apuesta

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 Las luces estaban bajas dejando la habitación en relativa penumbra, parecía como si  el brillo de las velas lo iluminasen, se veía romántico, íntimo, pero no era así. Jae mordió su labio inferior por décima vez, estaba nervioso. Llevaba más de media hora esperando ¿porque esperaba? Quería golpearse la cabeza con algo, cerrar los ojos y esperar que aquello pase.

Sabía que hacer apuestas con Bambam era una mala idea, más aun cuando su compañero era un MALDITO TRAMPOSO, pero ya no había nada para hacer, el había perdido y tenía que cumplir con esa tonta apuesta. Quien dijese que vestir lencería femenina era humillante no sabía nada, en ese momento y llevando esa ropa asquerosamente sugerente se sentía el tipo más gay y fácil de la historia. No es que no fuese gay- porque si lo era- pero no quería verse como alguien fácil que disfrutaba calentar a los demás usando atuendos sugerentes.

Tomando coraje abrió la sabana que llevaba envolviéndolo, el pequeño bóxer amarillo canario era realmente llamativo, aun con las pocas luces, pero aquel chaleco de cuerpo que dejaba las hendiduras para sus pezones se veía aún más obsceno. Como si eso no fuera suficiente el tailandés le había dado un collar ¡un collar! De cuero y con pequeñas piedras falsas en los bordes, como si fuera un estúpido perro. ¿Cómo demonios el chico había conseguido todas esas prendas?  él no tenía idea, empezaba a creer que era parte de algún absurdo plan donde su compañero de grupo y futuro ex amigo buscaba ridiculizarlo.

La música sonaba baja, jay park y sus mejores temas para ponerte cachondo se reproducían con ligereza haciendo el ambiente aún más íntimo. Pronto sus compañeros llegarían y el seria humillado. Había acordado esperar al grupo y mostrarse con esa ropa absurda, sabia que Bambam se reiría aún más que cuando le dio la ropa y quedaría en ridículo ante sus compañeros pero ya nada podría hacer, él debía cumplir esa apuesta.

Contuvo la respiración cuando el sonido del código hizo eco en sus oídos, estaba a la mitad de la sala con aquella apariencia, ni bien entrasen lo verían. Escuchando la puerta abrirse se apresuró a cerrar los ojos, apenas unos segundos pasaron cuando la primera voz retumbo en el cuarto.

-¿pero qué...Jae?

Jaebum, carajo, él también lo vería, conteniendo la necesidad de salir corriendo y esconderse solto la sabana que lo cubría y dejo a la vista su atuendo. Espero. Uno, dos, varios segundos, pero nada se oía. Asustado abrió los ojos y se petrifico. Bambam no estaba allí ni tampoco Yugyeom, no había nadie del grupo salvo aquel chico, su líder, su maldito líder.

<Joder>

Observo al mayor sorprendiéndose de su mirada, parecía tan asombrado y paralizado como el, sus ojos ahora ampliados lo veían con cierta incredulidad y algo más, un extraño brillo en sus ojos.

-¿Qué haces así?- Jae retrocedía al oírlo, al contrario de su tono anterior ahora parecía algo ahogado, ronco como si estuviera controlándose de alguna forma.

-yo...yo solo...-las fuertes voces se hicieron eco en el pasillo y jaebum cerro la puerta de golpe

-¡hey hyung! ¿Por qué cerraste?- el grito de Yugyeom lo paralizo, ellos estaban allí, también lo verían.

Observo al mayor algo asustado ¿diría algo? Pensó en si volver a cubrirse o solo soportar eso hasta acabar, no podría seguir postergándolo.

-a mi cuarto, ahora- jaebum camino hacia el con pasos rápidos y decididos, sin darle tiempo de actuar lo tomo de su muñeca y tiro de él hacia el pasillo para luego meterlo en el cuarto y cerrar la puerta.

Jae jadeo al sentir el tirón del mayor, este lo apoyo a su lado contra la puerta como si temiese que se escapase. Pronto el sonido del código y la puerta se hicieron presentes y supo que sus compañeros estaban dentro.

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