5.

167 31 5
                                    

Me levante con una rapidez sorprendente, tanto que me di la cabeza contra el mueble, causando un ruido terrible y la exaltación del otro, aun así ignore el dolor del golpe y concentre mi mirada en Youngjae, se veía tan preocupado como sorprendido.

Mierda.

  — Vino, es decir vine, soy yo.  — ladee la cabeza avergonzado, no podía formular ni una oración.

Hoy no era jueves, youngjae venía los jueves, ¿qué estaba pasando?


— ¿Estás bien? —dio unos golpes con los dedos al mostrador— el golpe fue fuerte.

— Sólo fue un golpecito, estoy bien.—sonreí algo avergonzado, la verdad que si dolia.

— ¿Y la salud? Escuche que estabas enfermo y por eso no apareciste en el sorteo, quería decirte que me gustaron los vasos, son geniales.

— Estuve bastante enfermo pero ya mejore —me di unos golpes al pecho simulando fuerza— y por los vasos, ¡gracias! me alegra que te gusten, hace mucho no los hacía.

—Oh, ya veo... ¿No tienes que seguir descansando? —al verlo de cerca pude notar más detalles de su rostro, como el pequeño lunar bajo el ojo, y lo fino que eran sus labios.

—No, solo tengo que salir abrigado y seguir con la medicación por unos días, solo eso.

Se notaba que quería volver a preguntar algo pero una mano golpeó su frente. Yugyeom estaba junto a él, sonriendo divertido.

— ¡Idiota! sabes bien que no me gusta que me pegues así —youngjae lo miraba receloso, no entendia como ni porque, pero ellos se conocian— ¿qué haces fuera de la cocina? Ve a trabajar esclavo.

— Hyung, no seas malo conmigo, hace mucho que no te saludo —el más chico de los tres se estaba colgando de su brazo, parecía un niño pequeño aunque su altura lo hacía ver extraño. Me decidí a interrumpir ese capricho, no entendía la razón de todo lo que estaba sucediendo pero ya no me agradaba, me aclare un poco la garganta, casi tosiendo.

— ¡Jaebum! Me olvidé que estabas aquí, ya vuelvo a la cocina.—dijo dando uno pasos a la puerta del costado, pero antes de pasar por ella volvió junto a Youngjae, para susurrar algo en su odio, poniendo al contrario colorado como un tomate.— adiós —salió corriendo tras el lumbral.

—Perdón, perdón. Es un idiota, igual imagino que ya lo sabes, trabajan juntos y... es genial que estes mejor. Me voy, llego tarde al trabajo.—se notaba el nerviosismo que traía encima, no podía centrar la mirada en algún punto fijo.— Adiós, Jaebum.

—¡Hasta el jueves! —lo salude agitando la mano, ignorando por completo a los clientes que venían a pagarme.

—Disculpe la tardanza, gracias.—atendí a cada uno, algo torpe la verdad, es que no sabía muy bien que había pasado; logré hablar con el pero nos interrumpieron y la conversación no pasó más allá del como yo estaba. Yugyeom resultó ser su amigo, y también susurro algo que me fue imposible escuchar, eso que le dijo lo alteró, aunque no conociera del todo a Youngjae podía notar a una persona alterada o nerviosa.

Hi, I'm Choi Youngjae. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora