¿Te has preguntado alguna vez hacia dónde va tu vida? ¿El por qué hiciste algo de esa forma y si realmente fue lo correcto? Claro que sí, esa duda surge en todos nosotros, pero que pasa si esas dudas se van más allá, si un día despertaras rodeada de cosas que no son tuyas, debido a los ensordecedores gritos de una mujer a la cual jamás has visto. Eso exactamente me pasó a mí, me llamo Melania Abellán y me perdí.
—Melania ya levántate joder ¿no piensas desayunar?—logro escuchar que grita mamá, que querrá en un lunes con tanta urgencia si son vacaciones.
Estiro los brazos aun en la cama y unos pequeños pasos se comienzan a escuchar mientras mi puerta se abre lentamente dejando un pequeño hueco por el que nadie de esta casa podría entrar, «bah quizá fue solo el aire».
—Es mejor que bajes o mamá se enojadá—Unos enormes ojos cafés me han hecho gritar y sin poderlo evitar he jalado las cobijas haciendo caer a la pequeña.
Ha salido corriendo escaleras abajo y agradezco por que lo haya hecho, aunque no sé porque lo haría.
Aviento los cobertores, «¿cobertores, en Julio? Qué más da. JOOODER ¿Y MI PIJAMA? ¿En qué momento me cambie?» Tomo el móvil y... «¡Las cinco de la mañana! ¿¡Lunes!? ¿¡AGOSTO 2017!?» Me pongo lo primero que encuentro, un chándal negro y una camiseta gris, bajo rápidamente las escaleras y ni siquiera parece haber luz en la calle aun, veo a mamá y salgo corriendo gritando casi desde el otro extremo de la casa.—MAMÁ SE HA METIDO UNA NIÑITA A MI CUARTO—comienzo a hacer movimientos raros con las manos e intentando relajarme le digo—¿Ha cambiado el horario? Mi celular dice que son las cinco y que es, agosto de dos mil diecisiete.
—Déjate de cosas y ponte a comer o vas a llegar tarde, tú también Milana siéntate.
—¿Tarde a dónde? ¿Quién es Milana?–pregunte mientras veía el plato de cereal frente a mí.
—Tu hermana ¿quien más?, ya te dije que te dejes de bromitas y desayunes para la prepa—dice con hastío.
Veo a la pequeña de antes acercarse a la mesa e intentar subir a una de las sillas donde me siento desde pequeña, mis ojos se ponen como plato y doy un grito ahogado.
—MAMÁ ES LA NIÑA, ES ESA.
—Es la última que te lo digo, come y deja a tu hermana.
—¡Hermana?
—¿Bueno tú quieres hacerme enojar o qué?
—¿En qué momento tuviste otra hija?
—Hace casi dos años, ¿En que mundo vives Melania?
—Pero si...
—Pero nada, come rápido.
—Pero son vacaciones.
—Es lunes y tienes prepa—dijo acentuando cada palabra con verdadera molestia.
—¡QUE?—Digo casi escupiendo el cereal.
La pequeña de mi derecha ríe mientras se mete una pequeña cuchara a la boca.
—¿Sabes qué? mejor ve y cámbiate.
—¡Pero y la secundaria, si apenas comencé el primer año?
—Eso fue hace tres años, ya no es dos mil catorce, por Dios.
—¿Cómo que no es dos mil catorce? Ni que hubiera dormido tanto.
Frunce el ceño y subo a cambiarme, entro a mi cuarto y al parecer todo sigue igual, los cuadros y fotos de siempre, nada parece haber cambiado a excepción de que antes no había un uniforme gris colgando de un gancho a mitad del armario. «¿Dónde quedo mi uniforme rosa niñita?»
—¡MAMÁ DONDE ESTA MI UNIFORME?
—CAMBIATE DE UNA BUENA VEZ—vale al parecer no solo yo estoy loca. Creo que desde ahora dejare de preguntar o la irritare más.La puerta se abre y de nuevo esta esa niña de ojos grandes que no deja de asustarme.
—¿Estas lista?
—No aún no...
—Creo que mamá si se enojó.
Evito hablarle, sigo pensando que esto es solo un mal sueño y que ella es una alucinación más de mi mente retorcida. Termino de cambiarme y al parecer la niña se ha entretenido viendo videos en «¿el celular de mamá?» Mamá entra al cuarto le quita el celular a la niña y lo guarda en el bolso de su pantalón.
—¿Estas lista?
—Si.
—Vamos, ya sabes que los carros no pasan rápido.
—¿Y la abuela?
—Pues trabajando—Dice de la forma más normal, «se supone que ella dejo de trabajar desde hace tiempo».—Salte—a parte ¿Qué no mamá se había ido desde hace cuatro años?Salimos y el patio está muy cambiado, «¿donde quedaron los cientos de flores que lo adornaban?», ahora es gris y realmente obscuro.
Aun es de noche y es aterradora la cuadra, está solo, muy solo.
—Ten mucho cuidado cuando bajes.
—¿En dónde?
—En la plaza.
—¿Exactamente qué voy a hacer?—lo intenté pero creo que mi tono no sonó nada normal.
—Te bajarás en el hospital cerca de la plaza central y tomarás el carro que te deja en la preparatoria—«¡QUE HARÉ QUE?»
—Ah okey.
—Ahí viene tu carro, hazle la parada.
Levanto mi mano con muy pocas ganas, realmente no se ni a donde voy.
—Ve con cuidado.
—Si está bien.Me siento en el lugar del copiloto, pongo mi mochila en mis piernas y reviso lo que hay en mi mochila, por suerte he metido un libro, el camino será largo.
Mi mente divaga, que ha pasado, «solo he ido a dormir y pff ¿mágicamente el tiempo ha pasado? Debe de haber algo más, quizá estuve en coma, nah habría despertado en un hospital y no en cama, y esa niña, ¿cuándo fue que llego? la adoptaría mamá, no, no podría, necesita de un marido o un buen sustento económico el cual no tenemos. Necesito un psiquiatra. Al menos la ciudad sigue igual... ¡JODER EL HOSPITAL SE ME PASO HACE DOS CUADRAS!»
—¡Bajan!—le grito al chofer que da un enfrenon que casi estrello contra el vidrio. Le lanzo el dinero y bajo casi de un brinco, cierro y me da mi cambio con cara de mala leche—Gracias.Salgo corriendo lo más rápido que puedo, malditas piernas desde cuándo van tan lento. Paso el puente y voy a la base de las únicas taxis cerca.
—¿Me deja en la preparatoria?—le preguntó a un chico moreno y de gran sonrisa.
—¿Cuál?—«joder no tengo la menor idea, piensa joder, piensa»
—No lo sé, me dijeron que estos taxi me dejarían cerca de la preparatoria—mis nervios están de puntas.
—Es broma, si, te dejan de frente. Aquel aun no llena.
—Gracias.—«creo»«¿A dónde jodidos se supone que voy? A ver Melania ¿que se supone que paso?, ¿qué hacemos aquí?»
—Es todo José—Dice riendo. —Ya está lleno, vámonos—El chico de poco cabello cierra la puerta de forma suave sin causar gran ruido.
La van arranca, el señor parece tener como sueño el ser corredor de autos; estoy de acuerdo en que mi peinado no es el mejor pero, el viento tan rudo que entra por la ventana tampoco ayuda mucho, que es imposible controlar esta melena tan rebelde. Jamás había venido a esta zona de Goromech, es bonita, hay muchos árboles verdes y frondosos.
A lo lejos se comienza a escuchar el camión de los bomberos, unos metros más adelante hay un carro estrellado frente a un enorme árbol, es realmente enorme, el taxi ha dado vuelta y no puedo evitar ver por el retrovisor.
—¿Alguien bajaba en la preparatoria?
—Sí, yo.
—Es en la siguiente cuadra.
—Gracias.El coche se detiene y abre una de sus puertas laterales.
—Permiso—un joven y una señora no muy mayor bajan, salgo buscó dinero en el morral que mamá me dio—¿Cuánto es?
—Quince monedas.
sacó el dinero y un estruendoso ruido se escucha, mientras que una llamarada se alcanza a ver a lo lejos, el joven y la señora se tiran al piso y yo no dejo de pensar en el auto que vi antes.
Nadie deja su posición pero todos se hayan con la cabeza hacia atrás y sus ojos juzgones intentando descifrar algo tras los árboles.
Después de que la llamarada se extingue y el cielo comienza a rellenarse de un color grisáceo el chico y la señora retoman su postura y el chofer mueve un poco su mano para llamar mi atención.
—Aquí tiene, gracias, buen día.
—Gracias y que le vaya bien—cierra la puerta de el coche y solo deja una nube de polvo tras el.«Vaya, realmente esto está pasando».
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19 May 18
Ya deben saber que a veces público capítulos de historia que no subiré aún.Esta es en específico la más loca idea que he tenido, quizá.
23 Ene 22
Que locura ver de nuevo esto, igual aun no termino la historia jajaja, bueno si esta terminada pero no la he redactado, es todo un caos igual que mi cabeza jaja espero disfrutaran del inicio y esperen con ansias los demás caps, esta es una historia bastante, bueno no, todas mis historias son muy introspectivas, creo que ya lo notaron, sobre todo si me conocen en persona.
Bueno ya bai-PM
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Relatos de una persona pérdida
RandomLlegamos a este momento, es exactamente el momento en el que me perdí. Me he perdido a mí mismo, perdí mi esencia, perdí el camino que dirigía a mi vida; y ahora me encuentro solo, rodeado de tanta gente en la que busco ayuda, en la que busco mi cam...