Capítulo 5

1.2K 130 27
                                    

La oscuridad ha caído en la ciudad, son más de las once de la noche y las luces de los edificios y farolas alumbran las calles. La brisa otoñal que llega de la playa hace temblar a Sire, la bata no es que le abrigue mucho, así que froto sus brazos mientras llegamos al muelle. Como tenía planeado allí me está esperando Mike, que rápidamente clava sus ojos en ella. La mira de arriba abajo, con la boca abierta, le ha gustado y no me extraña.

-¿Quién es tu amiga? -me pregunta nada más llegar a su altura.

-Luego te cuento, ahora necesito que nos lleves en tu barco hasta mar adentro.

-¡¿Qué?! ¡Tú estás loca!

-Mike, por favor, necesito que lo hagas.

-Sarah, es noche cerrada, está empezando a hacer viento. Y como mi viejo se entere que le he cogido el barco a estas horas me mata.

-Ya, y como no me hagas caso la que te mata soy yo ahora mismo.

Mike refunfuña y se queda pensativo.

-Por favor, me debes muchas -insisto con voz infantil, siempre consigo convencerlo con eso.

-Chantaje emocional -Me señala con el dedo para luego soltar una carcajada nerviosa-. Está bien, pero nos volvemos rapidito, y no nos vamos a adentrar mucho, solo lo suficiente para que hagas lo que pretendes hacer.

-¿Bastará? -le pregunto antes a Sire.

-Pu-e-do na-dar, es-to-y re-cu-pe-ra-da.

-Estupendo, pues salgamos ya antes de que descubran que has escapado.

Mike me ayuda a meter la silla dentro de su pequeño barco pesquero.

-¿Es minusválida? -me pregunta en voz baja.

-Emm, sí -digo sin mucha convicción.

No creo que sea prudente contarle la verdad.

-¿Y por qué va vestida solo con tu bata? Y más con la noche tan fría que se ha quedado. ¡Ah! ¡Te la has tirado!

-¡Mike! ¡No digas estupideces! Es muy largo de contar, ¿vale? Después te doy todos los detalles que quieras, pero ahora cállate -contesto soltando la cuerda que mantiene al barco cerca del muelle.

Por dios, liarme con una sirena, ¿estamos locos? Además, ¿cómo lo harán para...? No, no quiero saberlo. Mike arranca el motor y comienza a avanzar, en poco tiempo nos alejamos de la playa, viendo las luces de la ciudad como diminutas luciérnagas.

-¿Me vas a decir de una vez que pretendes hacer en mitad del mar?

-Si te lo cuento no me vas a creer -contesto mirando a Sire, que a su vez no quita la vista de encima del agua, estará deseando lanzarse.

-Prueba -Me reta, está deseando que se lo cuente y sé que puedo confiar en él, solo que no quiero que empiece a obsesionarse con buscar sirenas a partir de ahora.

-Esa chica -comienzo a contar- es una sirena.

Mike suelta una carcajada, lo que yo esperaba.

-Claro, y tú eres vampira y yo un elfo.

-Ahora que lo dices, sí, te das un aire -comento de forma divertida y ambos reímos de manera espontánea, lo que hace que Sire nos mire con curiosidad.

Mike es muy alto y delgado, siempre viste con ropa oscura lo que provoca que la gente lo llame gótico, cosa que él odia. Tiene el pelo largo y liso, con un flequillo cubriendo su frente.

-Ahora en serio, ¿quién es y por qué va sin ropa?

-Ya te lo he dicho, Mike. No te estoy tomando el pelo.

El secreto del océanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora