LO QUE SUCEDIÓ ESA NOCHE

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Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

CHICAS ESTE CAPITULO ESTA EN BORRADOR, ME DISCULPO Y POR FA SI VEN ALGO EXTRAÑO ME DICEN, es que me pesco un virus que me tiene en cama con fiebre y dolor de cabeza muy fuerte.

Estaban abrazados cuando Randall comenzó a quejarse, ambos voltearon a verlo, el anciano parecía estar delirando, parecía estar llamando a alguien en sus sueños.

-¿Por qué esta así, que le paso? Ella lo veía con curiosidad, su cara se le hacía familiar, el pobre hombre volteo su cara y ella por fin logró reconocerlo.

-Es el hombre que se cayó al suelo el otro dia ¿verdad? en ese momento el rubio también se dio cuenta que era el mismo sujeto del restaurante que los estuvo observando.

-Ven cariño que debes descansar, no está bien que estemos de curioso invadiendo la privacidad de este hombre, eso no podía ser coincidencia mejor era investigar antes de permitirse bajar la guardia.

-Pero... pero esperate que puede que necesite algo William, ella trataba de zafarse pero llegó el doctor y los interrumpió.

-Que bueno que ya despertó la señorita, ambos se quedaron viendo, Albert con cara de molestia y ella con ganas de reír.

-Mi esposa acaba de despertar ¿el otro doctor en dónde está? Albert lo veía inquisidor y el hombre se apenaba por su error, la chica se veía muy joven para estar casada.

-Está descansando, somos dos médicos a bordo y hoy me toca estar de guardia nocturna más con el señor Mac Filder en esa condición, sufrió un infarto por la impresión de ver a su nieta mal.

-¿Su nieta? será por eso que nadie a venido a preguntar por él, Albert abrazaba a su mujer la verdad no quería estar en el lugar de aquel hombre, cuando menos no estaba sólo su nieta lo acompañaba, el doctor revisaba las historias clínicas y se quedaba sorprendido, aunque no era de su incumbencia le molestaba el comportamiento de los rico, aunque era normal ver matrimonios dispares aquella mujer parecía muy joven para estar casada, no lo demostrara porque el trabajo en el barco era estable y bien remunerado, alejando sus pensamientos se concentró en dar indicaciones a la paciente y se aseguraría de que su esposo saliera de la enfermería.

-Veo que usted descanso, pero es necesario que por su vienestar vuelva a su cubiculo y se acueste nuevamente, si todo está bien en poco tiempo podrá estar con su esposo nuevamente, ella se abrazó a él, si este sujeto pretendía que ella se quedara allí sola, estaba completamente loco, el rubio respondió a su abrazo y le regaló una sonrisa tranquilizadora.

-Ven cariño para que el doctor pueda trabajar a gusto, ella enseguida tambien sonrio, el galeno revisó a conciencia al anciano estaba en una condición bastante complicada, era difícil brindarle el tratamiento más adecuado estando en altamar, después de aquella revisión fue con la joven y su esposo.

-No debería estar sentada sino acostada, y usted no debería estar aquí, será mejor que se retire a descansar a su camarote y regrese mañana, la postura del joven enseguida cambio y la expresión de su rostro se endureció.

-William no me dejes aquí sola, aquello más que una petición era una súplica, el palmeo su mano para tranquilizarla.

-Claro que no, recuerda lo que nos prometimos, él le besaba la parte superior de su cabeza y ella suspiraba aliviada, no se habían separado en más de nueve meses, ya se había acostumbrado a estar todo el tiempo a su lado.

-Usted disculpe pero cuando traje a mi mujer desmayada, le aclare al otro doctor que no me separaria de ella, y no pienso hacerlo, ella sonreía al escucharlo.

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