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Las manos le temblaban, empapadas de rojo. Ese color maldito goteaba, retándolo a perder la cordura. Se siente en otro mundo, como si hubiese atravesado una especie de pared invisible y estuviera en un plano distinto del universo, uno donde las cosas no tenían sentido. Donde aquello era normal. Suspira pesadamente, y alza la mirada, con temor a encontrar la realidad. Son unos gélidos azules que le saludan, invitándole a levantarse, indicándole que todo estaba bien.

Kid, quien hasta ahora estaba sentado sobre el torso del cadáver, se incorpora torpemente. Da un vistazo al cuerpo, su mente es incapaz de creer lo que acaba de pasar.

Es en esa maraña de pensamientos, que unos brazos delgados lo rodean, regresandolo de sus propios cuestionamientos. Chrona pega su mejilla a la de él, su temperatura es casi fría, al igual que el ambiente, probablemente porque es de noche. Puede oír su respiración, pausada, idéntica a la suya. Y se sorprende al notar que ambos están tan calmados frente a esa situación.

¿Cómo habían llegado a ese punto? Un recuerdo difuso le invade, al mismo tiempo que ese sentimiento de ira, incitándole a seguir matando al cadáver. Era esa imagen, Medusa, su madre, su jodida madre, golpeando a Chrona. Antes había escuchado rumores sobre eso, departe de Maka y Soul, de como ambos tuvieron que defenderla en mas de una ocasión. Pero aquello sobrepasaba el limite. Su cuerpo no dudó al momento de lanzarse sobre ella, tirándola al suelo y asfixiándola. Aunque, el cuchillo de cocina fue lo que terminó por matarla.

¿En verdad todo eso era real? ¿No lo estaba imaginando?

La única razón de porque estaba ahí era para entregarle su mochila a Chrona, pues lo dejó en casa de Maka. Cuando llegó, la puerta estaba semi abierta, y apenas vio eso...

¿En serio, que había hecho?

¿Estaba bien? Fue en defensa propia... ¿Estaba bien entonces?

Sus manos se posan en la cintura de Chrona, atrayéndola. Necesita calor, necesita alguien en quien apoyarse. No esta Liz, no esta Patty; solo ella a quien apenas conoce hace unos meses. Quiere llorar, gritar, pedir ayuda, mas no puede. La voz la tiene perdida, y al parecer Chrona también.

Tal vez estaba bien, quizá eso era lo que estaba destinado a ser.

¿Qué hubiera sucedido si no llegaba?

¿Y si Chrona moría?

Aquel pensamiento fugaz fue lo que le introdujo en esa locura.

Se aferró a Chrona, ella se sobresalto ante tan repentina acción. Si hacer eso había valido la pena, si esa era la única forma de salvarla...

Cerró los ojos, no sabia que decir. En primer lugar, ¿debía decir algo?

Lentamente comenzaron a moverse, no tiene idea de si fue él quien empezó, o ella tal vez. Sus pies solo iban de izquierda a derecha, pequeños pasos, salpicando sus zapatos con sangre.

Tampoco supo cuando, pero tarareaba una nana, la que su padre cantaba cuando era un niño. En sus manos, sintió el cuerpo de Chrona estremecerse, antes de que ella comenzara a llorar en silencio.

Maka alguna vez le dijo que abrazarla podría calmarla, aunque por la situación, no veía como se podía estar tranquilo. Y aun así, ambos no habían entrado en pánico. Ni teniendo el cuerpo tan cerca.

Joder, ¿qué iba a hacer ahora?

Nada, no existían opciones.

Bailaron encima del charco de sangre, que seguía expandiéndose irremediablemente. El olor inundaba el ambiente, pronto los vecinos se darían cuenta. Sin querer patea el cuchillo que Chrona soltó al momento de abrazarle.

¿Podrian hacerlo pasar por un suicidio?

No...era mejor dejar se buscar soluciones a un problema tan grande.

Kid suspiró una ultima vez en la noche, escuchando el llanto ahogado de Chrona.

Si iba a caer, al menos, no estarían tan solos.

Baile sobre la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora