Me duelen las extremidades, tengo mas ojeras que en época de exámenes y no he dormido mis obligatorias nueve horas. Este lugar parece un blanco de batalla con tantos extranjeros paseando sus acentos imposibles de entender por todos lados, y cabe mencionar que vomite unas cuantas veces.
Me estiro cusndo por fin piso tierra y camino directamente a dónde creo es la salida, se que mi papá y mi tía me habían dicho que llamara al llegar para que me vinieran a buscar, tengo entendido que la casa no queda lejos del aeropuerto, pero es un día de semana y mañana tienen que trabajar temprano. Para tratar de molestar lo menos posible me voy a ir en taxi.
—¡Mi chaqueta! ¡espera! —volteo por inercia cuando escucho una voz estridente detrás de mi, el chico se apoya en las rodillas para buscar aire por la corrida que dio detrás de mi. Cuando bajo la mirada a los pies de mi maleta, veo el motivo.
Un suéter negro estaba enredado del cordón entre las ruedas, y puedo suponer que el dueño es quien tengo en frente.
—Lo siento, no me había dado cuenta.
—Tranquila, fue mi culpa. La deje caer y lo noté después cuando a penas y pude alcanzarte, caminas muy rápido —sonríe cansado, cogiendo el suéter del piso, que ahora noto representa muy bien la oscuridad de su apariencia. Va vestido casi por completo de colores lúgubres y sus brazos destapados están llenos de unos tatuajes de lo más llamativos.
—Disculpa, me voy a aprovechar de tu accidente para preguntarte si afuera se ponen los taxis.
—Si, vas a encontrar una hilera de coches desesperados por clientes afuera, pero te ves muy... nueva —duda antes de decírmelo —¿no te viene a buscar nadie?
—No los quiero molestar, están dormidos.
—No deberías decirle a cualquier desconocido ese tipo de cosas, puede ser peligroso —se enfunda su suéter para tenderme la mano —me llamo Christian.
—Como el del libro —eso lo hace sonreír con suficiencia —yo soy Violet.
—No soy como el del libro, pero gracias —nos soltamos las manos luego de unos segundos largos de estrecharlas —si necesitas alguien que te lleve a casa, puedo ofrecerme. Se supone que vendría a buscar a mi hermana.
—¿Y ella donde está?
—No estoy seguro, no me contesta el celular, y viajo con su novio. Lo más lógico es que mañana llamarán para inventar algo como que se les retraso el vuelo —ah, ese viejo truco de "nos hemos quedado sin gasolina" para pasar más tiempo en casa de tu novio, ahora evoluciona a "se ha retrasado el vuelo". Si, yo lo aplique unas cuentas veces con mi ex —Así que mi oferta está en pie.
Pensé en los pros y contras de que un desconocido me lleve a casa.
Pros: ...
Contras: ...
Espacio de almacenamiento insuficiente por falta de sueño, intente más tarde.
Lo que imaginé, además ¿Que tan malo podría ser? Parece buen chico.
Sin embargo igual le respondl a la defensiva.
—¿Por qué me iría contigo si me puedo ir en un transporte público? —le pregunto, para medir su insistencia.
—No se, conmigo sería gratis —lo analizo unos segundos más.
Algunos minutos después Christian esta aparcando frente a la dirección que le di. Ambos tenemos una sonrisa perdedora porque para matar el tiempo mientas el manejaba, nos pusimos a jugar a quien veía más autos blancos o rojos en la carretera. Pero ambos perdimos la cuenta así que ambos perdimos
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Química peligrosa ©
RomanceGolpear con un sartén a la nueva integrante de tu hogar la noche que llega, no es una forma pasiva de comenzar una relación de convivencia. Eso, los Carletti lo saben muy bien. Ahora, descubre que un golpe es todo lo que se necesita para poner un mu...