Capítulo 6: Mansión Hiragizawa

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"...porque en realidad esta es vuestra casa..."

Esa frase, esa frase pronunciada por el mismísimo Clow Reed... o esa fue la sensación que rodeó a todos los presentes, incluso a aquellos que no conocían al amo Clow. Era palpable la tensión que se creó, sobre todo en Yukito y Kerberos.

- Clow... - fue lo único que se atrevió a decir en un susurro Kero, ante el mutismo repentino de todos los presentes.

- Perdonadme si os he incomodado – comenzó a disculparse Eriol mientras le dedicaba una mirada preventiva a Nakuru, a no ser que se le fuera a ocurrir a su impulsiva guardiana empeorar el momento – solo quería que lo tuvierais claro... - dijo bajando la mirada.

- No te preocupes – habló Yukito para la sorpresa de todos y sobre todo de Eriol – Yue dice que lo entiende y le parece bien – dijo algo serio para luego sonreír – ... y le apetecería tener su antiguo dormitori... vale me callo.

- Por supuesto – dijo algo aliviado Eriol y entrando por la puerta a la vez que Nakuru que le lanzaba miradas amenazadoras... si ya odia a Yue no quería ni imaginárselo deambulando como en su propia casa – los dormitorios de Yue y Kerberos están tal y como los dejasteis la última vez que estuvisteis aquí... podéis alojaros ahí si queréis pero primero tengo que abrir los sellos.

- ¿Le tienes sellos a las habitaciones? – dijo Shaoran muy extrañado entrando por la puerta justo después de las chicas, mientras que aun Yukito y Touya permanecían fuera. Por la cara de Touya era más que evidente que no le apetecía nada estar ahí y ahora mucho menos después del comentario de niño mago... tenía bastante claro que no iba a permitir que se quedara a solas con Yue en todo el tiempo que estuvieran ahí.

- Si, si por supuesto – dijo con una sonrisa mirando a Nakuru mientras que esta volteaba los ojos – esas habitaciones y su contenido tienen dueño y no les está permitido a gente ajena entrar a cotillear en ellas... - dijo mirando directamente a Nakuru.

- Eh! Oye! ¿Por qué me miras a mí? –saltó a la defensiva Nakuru con una ofensa fingida, lo que provocó la risa de los chicos. Siempre era agradable ver la efusividad de Nakuru para todo y sobre todo cuando la acusaban de algo.

- ¿Has intentando entrar en mi dormitorio? – preguntó Kero más animado frente a las amplias escaleras que llevaban al primer piso y riéndose también de la teatralidad de la guardiana.

- ¿Eh? Claro que no... - dijo mirando al techo para luego lanzar una malvada mirada a Yukito – quería saber qué había dentro de su dormitorio – afirmó mientras lo señalaba acusadoramente, lo que hizo que Yukito se pusiera tenso y mirara a Touya con preocupación.

- Por esa razón tuve que ponerle un sello a cada habitación, para que no se pudieran abrir simplemente con la llave.

- Tampoco me parece bien que sean los únicos dormitorios con cerraduras – dijo Nakuru cruzándose de brazos y haciendo un adorable puchero, que hizo que los presentes volvieran a reírse. En el fondo Eriol estaba agradecido de que su guardiana les estuviera haciendo más ameno y cómo ese rato. – ¿Subimos ya a ver qué habitaciones van a ocupar cada uno? – preguntó a la vez que subía los dos primeros escalones.

- Claro que sí Nakuru – dijo Eriol con una sonrisa mientras se volvía a sus invitados – aquí abajo en la planta baja están la cocina, el salón, dos baños, y varias habitaciones que realmente no tienen uso; en la primera planta hay cuatro dormitorios, entre los que se encuentra el de Kerberos y Spinel, además de mi despacho, otros dos salones y otro baño. Después en la segunda planta hay siete dormitorios, entre los que se encuentran el mío, el de Nakuru y el de Yue, y otros dos baños. Y por último, en el ático está la biblioteca a la que podéis ir siempre que queráis – dijo con su típica sonrisa. Hizo una pausa para observar a sus invitados que miraban impresionados hacia arriba por el amplio hueco de las escaleras desde donde se podían ver todas las plantas.

HITSUZEN: Una Nueva Luna (A New Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora