Extra

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—Kendall, tienes visitas.

Avisó una enfermera entrando a medias en la habitación de la pelirroja, no obtuvo respuesta de ella pero no le tomó importancia, es más, era buena señal que no haya hablado.
La puerta se abrió por completo dejando ver a Nagisa con un ramo de rosas blancas con un conjunto de lavanda. Fue directo a ponerlas en agua y cambiar las flores marchitas y cortadas.

— ¿Sabes quién soy? —pregunto el de coletas tomando asiento frente a ella, Kendall miraba por la ventana sellada hacia la calle principal. — ¿Kendall?

—Está durmiendo. —respondió una voz masculina, gruesa, aterradora y demandante, pero no se asustó ni sorprendió.

—Ya veo... Le traje flores, las anteriores murieron. —comenzó a jugar con sus pulgares sin borrar una sonrisa tierna que llamó la atención de la muchacha. — ¿Ha estado bien?

—Asimila las cosas, sigue resentida pero comienza a cooperar. —dejó de ver por la ventana y clavo sus ojos mercurio en Nagisa. Parecía contenta y mantenía su típico aire serio. —Se ha tomado todos sus medicamentos.

—Me alegro... Eres un gran apoyo para ella, Mogeko-chan. —una mini sonrisa apareció en Kendall y rascó con nerviosismo su mejilla. —Hoy tu actuación de Kcalb fue mala.

—He perdido práctica. —la voz se volvió empalagosa pero no irritante. —No he salido últimamente, tener que arreglar ésta cabecita hueca es agotador. —dijo apuntando a su nuca con una gran sonrisa, sus ojos casi desaparecen al hacer ese acto lo cual lo hizo ver más tierno de lo usual. —Los demás cuidan de ella mientras no estoy, aún no se acostumbra a no tener a Karma-kun con ella. Tiene que venir un día, comienza a creer que lo mató.

—Ha estado ocupado, con el bebé en camino no quiere separarse de Okuda-chan para nada.

—Parece mentira que los años han ido volando, desde que Kendall fue internada en este lugar las cosas se volvieron aburridas, no tener a Karma-kun fue un golpe duro para ella, más que estar en un hospital psiquiátrico por nuestra culpa. —hizo referencia a ella y las demás personalidades, sin mencionar del incendio en la fábrica, la muerte falsa y el intento de asesinato en el instituto. —Si CherryBlood no la hubiera detenido, ahora estaríamos en prisión.

—Aún se habla de ese día, el rencor es muy poderoso. Itona-kun sigue borrando todo tema que hable sobre eso, no queremos más ojos que perjudiquen a Kendall, ya tuvo suficiente: desde el asesinato a sus padres, su adopción e infancia con los Akabane y hasta el momento donde ustedes aparecieron. —hizo una pausa, mirando las rosas por unos segundos. —Kendall es el ejemplo de ser víctima de la sociedad corrupta. Los asesinos no nacen... se crean.

—Que emotivo de tu parte. —comentó con broma pero en cierta parte estaba séria. Nagisa tenía razón. — ¿Y que hay de ti? ¿Por fin te casarás?

—Kayano-chan es... complicada. No me deja ayudar en los preparativos, y me gustaría que fueran... todos ustedes.

—Imposible, no podemos salir por culpa de Ivlis, ese narcisista estuvo por abusar de una enfermera. —la boca de Nagisa se abrió tanto que incluso se podía imaginar que le entrarían moscas. —La escena hasta cierto punto fue divertida, como Kendall es mujer... digamos que no tenía un "amiguito" que meter, así que lograron pararlo a tiempo y nosotros lo encerramos en lo más profundo del cerebro para que reflexione sobre sus actos.

En mi MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora