"Los héroes no serán más que leyendas; sombras y recuerdos de lo alguna vez fueron"
¿Serás tú una?
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«Celina Armstrong; una sombra y leyenda.
Una historia es contada.
"¿Quién ha dicho que la muerte sea justa?"»
-⚜-
Inspi...
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I | El Inicio
"Quiero ser parte de eso [...]
Voy a hacer un nuevo comienzo
Si puedo hacerlo allí, lo puedo hacer en cualquier lugar.
Depende de ti, Nueva York"
New York, New York - Frank Sinatra
|Long Island, New York, USA
1939|
Un mes antes de la Firma de Hierro|
Desde pequeña supo que era especial. Su padre siempre le dijo cuan especial era. Le enseño todo lo que sabía, le enseño a saber cuándo ayudar y cómo hacerlo. Le enseño que ser hija de una diosa y descendiente de otra, la ponía frente a grandes peligros, le enseño a cómo afrontarlos, para cuando llegue el momento, tener una oportunidad de sobrevivir. Sobrevivir dentro, como fuera de ese peligroso mundo.
Y eso estaba haciendo, lo llevaba haciendo cuatro años, cuando su padre desapareció de su vida. El mismo día curiosamente empezó a tener pesadillas de una guerra futura, porque sabía que esas brutales batallas no se producían en su actualidad. Por eso hace un año, cuando confió en poder dominar plenamente sus poderes, se prometió a no dejar que ninguna familia más se rompiera si podía evitarlo.
Pero antes debía hacer algo.
Es esa la razón por la que tuvo que cruzar un océano, y ahora estaba en los Estados Unidos, por la zona de Long Island, intentando encontrar el campo de fresas que su padre había dicho era el Campamento Mestizo cuando la niebla lo cubría. Los gruesos y densos arboles no le permitían ver más allá que unos cuantos metros. Por lo dicho por su padre hace un tiempo atrás, antes que falleciera, Celina podía asumir que se encontraba cerca, pero no lograba divisar nada más que árboles, arbustos y el suelo cubierto por algunas hojas.
Mientras caminaba por el bosque había oído a las avecillas gorgotear y las ramas agitarse por las brisas, eso hacía sin duda la caminata más amena. Un sonido proveniente de uno de los arbustos tras ella detuvo su tranquila marcha. Un arbusto de moras se movió de nuevo.
── ¿Hola, hay alguien ahí?
── Hola... ── dijo una voz, con tono amable. Del arbusto de moras surgió una niña pecosa, de piel verde, cabello castaño con hojas de mora y unos preciosos ojos morados. Vestía una ligera túnica blanca.
── Disculpa, trato de llegar al Campamento Mestizo, ¿me podrías decir dónde está?
── Claro, ¿ves esa colina? Bajando esta hay otra, en la cima está el campamento, si quieres te puedo acompañar.
