Un día llegó de la escuela, una vez mas no hizo nada para que su día fuese mejor, estaba lista para rendirse.
Entró a su habitación, se encerró con llave y se tomó un frasco de pastillas. Un par de horas más tarde llega su papá del trabajo, empieza a buscar a Emilia y no la encuentra. Empieza a golpear la puerta de su pieza que estaba con seguro y no le quedó otra opción que quitar la chapa lo antes posible.
Y ahí estaba Emilia, tirada en el suelo. No despertaba.
El papá corrió a la clínica de urgencia con su hija. Le hicieron un lavado de estómago.
Tomás, el papá de Emilia, estaba muy asustado. Se sentía culpable, no sabía cómo poder ayudar a su hija, y lo peor es que no sabía si iba a volver a verla con vida.
Pero por milagro Emilia se había salvado, estaba con vida. Y cuando despertó a demás de sentir dolor, se sentía muy culpable por lo que hizo.
Se prometió ella misma a no volver hacerlo nunca más. Estaba dispuesta a cambiar su forma de ver la vida, estaba dispuesta a enfrentar los problemas y lo más importante de todo es que estaba dispuesta a ser feliz.
Pasaron tres años...
Ya había terminado su último año en la escuela, había entrado a la universidad a estudiar leyes, lo que tanto le gustaba, se había ido a vivir sola y todo lo malo había quedado en el pasado.
Ella ya no era el recuerdo de todos, si no que todo por lo que tuvo que pasar.
Pero ya había quedado todo atrás, y simplemente ya todo se había convertido en un pequeño recuerdo.
Los problemas no terminaron, pero no había nada por lo que no valiera la pena solucionarlos.
En su primer año universitario lo pasó increíble, no era todo tan malo como lo había pensando en un momento de su vida.
En la universidad conoció a personas maravillosas. Hizo muchos amigos con los cuales estudiaba y de vez en cuando iba a fiestas.
Una noche por las casualidades de la vida en una fiesta se encontró con Dylan. Que se saludaron muy atentamente.
Estaba muy cambiado y sobre todo mucho más maduro. Empezaron a platicar sobre sus vidas, sobre sus estudios y de muchas cosas más. Dylan ya estaba en su tercer año de Ingeniería Civil Industrial, y le iba muy bien.
Quedaron en seguir viéndose. Después de todo, existía una muy buena comunicación y ningún tipo de odio ni de rencor por ninguna de las dos partes.
Nuevamente eran muy buenos amigos, de esos que se cuentan absolutamente todo y de esos que puedes hacer muchas cosas frente a él sin ningún tipo de vergüenza.
Tenían un lugar especial en donde se juntaban siempre que era en una cafetería llamada "Coffee Life".Siempre iban ahí porque sentían que en ese lugar podían tener conversaciones más profundas e interesantes. Un día después de haberse juntado en "Coffee Life", se fueron a casa de Emilia, ya que ninguno de los dos tenía planes para aquella tarde. Comieron mucho esa noche, y vieron demasiadas películas de terror. Lo pasaron increíble. Tenían una amistad muy envidiable y casi difícil de creer. El papá de Emilia al verlos tanto juntos, pensaba que eran novios. Y la misma confusión tenían los padres de Dylan.Pero en realidad, eran simplemente unos muy buenos amigos. Aunque de todas maneras para todos era muy extraño ver a ambos muy cercanos. Dylan de vez en cuando se iba a dormir a la casa de Emilia. Él dormía en el sofá y Emilia en su pieza.
Por la mañana iban por un chocolate caliente a "Coffee Life" y después cada uno se iba a la universidad.
Emilia tenía muchos proyectos que dar, casi ni tenía tiempo para sus cosas, al igual que Dylan, aunque iban a estudiar juntos y se ayudaban el uno al otro.
Luego hacían algo de comer y como de costumbre empezaron a ver películas de terror. Esta vez fue diferente, estaban tomados de la mano y la cabeza de Emilia estaba apoyada en el hombro de Dylan. Al rato después ambos se quedaron dormidos juntos, y abrazados.
Al despertar ambos se quedaron mirando fijamente, como si hubieran encontrado el universo en sus miradas.
Se besaron y luego se dieron un gran abrazo.
Ahí es donde vuelve a comenzar su historia, pero esta vez muy diferente a cuando eran más niños.
-Prometo no fallarte, lo que más quiero es hacerte feliz y lo haré cada día de mi vida –Dijo Dylan.
-Te amo –Respondió Emilia
-Y yo a ti.
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Un pequeño recuerdo
Novela JuvenilEmilia una adolescente que la ha pasado muy mal en su vida, va descubriendo lo que es la felicidad y el amor, aunque notará que todo es efímero, y lo mejor dura poco.