De regreso a mi casa, me había puesto a pensar seriamente en qué carajos había hecho con mi vida los últimos 22 años. Estaba por terminar la universidad y en una carrera que no me llenaba lo más mínimo y bueno... salvo algunos temas en especifico, pero no es que me viera ejerciendo mi profesión una vez acabado y con mi título en manos pero, como decía mi antiguo novio "Es lo que hay".
Y en efecto, es lo que hay. Cuando no tienes la menor idea de qué estudiar o te pones a trabajar, eres NEET o cursas una carrera en la que crees que eres buena solo para tener un titulo, porque... ¿quién en su sano juicio desaprovecharía la oportunidad que los padres nos dan? Sigue mi consejo y no la desaproveches.
Y bueno, llegué a mi casa hace no mucho, vivo sola, porque no aguantaba a mis padres, así que, en vez de quejarme, me fui. Era lo mejor para todos. Yo no los tendría que estar aguantando, quería hacer mi propia vida. Libre. Porque es lo que más deseo en el mundo. Libertad.
Mi madre hizo de mi pequeña infancia algo extraña para los niños de ese tiempo. Y siempre intenté hacer lo mejor que se podía. Así evitaría problemas. Problemas que me sacaron de mi casa a los 21 y ahora estoy acompañada por el gato del vecino en las tardes.
A veces siento que me quiere.
En las tardes lo descubro durmiendo a mi lado, buscando mi mano para colocar su mentón, acariciándome las piernas cuando estoy frente a la computadora o acostado en un pedazo de cartón todo el día y es el primero en recibirme en la puerta. Mi ex novio decía que realmente no conocía a los gatos, tiene razón, no los conozco porque no me gusta tener animales, son una carga bastante pesada para alguien que vive sola, pero lo que ese gato hace, realmente me hace sentir querida.
Oh si... el amor, el cariño, la comprensión, una estabilidad mental y emocional, eso es lo que todos queremos o quizá lo que creemos querer. No es que tuviera eso con mi antiguo novio, éramos polos muy muy opuestos, como todos, pero a pesar de los problemas me hacía sentir tranquila y al mismo tiempo desdichada, él no estaba en mi pais, era una relación a distancia con un huso horario diferente, creo que a él le hacía sentir inseguro el echo de estar a muchos kilometros separados, es comprensible, imagínense estar al pendiente todos los días a todas horas de lo que tu pareja estará haciendo a muchos kilometros de distancia, debe ser frustrante, con el tiempo te das cuenta si realmente puede pasar algo o no, y es cuando empiezas a confiar por lo que lleva a la relación a madurar.
Aunque, de acuerdo a como éramos ambos, él solía decirme que esperaba que cambiara de alguna forma para evitar que se frustrara y yo pensaba que ya le había dado demasiado para cambiar.
Y es que realmente no puedo, no puedo, no puedo cambiar mi forma de ser por alguien así, me es inaudito. Soy mi propia persona. Claramente puedes hacer algo para que la relación no falle, hablar con esa persona, pero jamás me dejaría mangonear, a menos que te guste estar de sumisa...
y eso chicas, es lo que también me pasaba en un principio, me gustaba estar de sumisa y hacer lo que él quería que hiciera por el simple echo de tener miedo a perderlo, me era complicado mantener una relación a larga ditancia por que no quería que me olvidara.
Dejé de salir con amigos por mantenerme conectada para platicar con él, ya no iba a mis actividades por la tarde porque quería pasarme mis tardes con él, desde mi punto de vista, lo di todo. Pero el guardaba un rencor hacía mí que iba a ser difícil de anular, un rencor que llevó a la ruína nuestra relación. O eso era lo que pensaba.
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No merece un cambio.
General Fiction-Si te engañan, ¿realmente merece la pena un cambio en ti? -Quizá. -No pensé que después de volver a verte seguiría viendo a la misma persona. -¿Creíste que había cambiado? Tal vez no merecía la pena que cambiara por ti. -Pero lo hiciste, estás aqu...