No era un sueño, solo una realidad compleja.

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Aborden los camiones, aún hay muchos asientos libres, recuerden que el abordaje es gratuito.

No recuerdo, ni lograba importarme la razón por la cual estábamos ahí. También ignoraba el hecho de que la estación de autobuses al aire libre era lo más parecido a como me imaginaba el sistema de un hormiguero, solo que sin la parte en donde alguno de nosotros aporta algo importante. 

Solo sé que estamos esperando a que el camión que subamos no sea el que más calor humano lleve. Escuchamos unos rumores sobre un camión que se fue con los asientos llenos y la calefacción se descompuso a medio camino. Vaya martirio. 

por fin ecnontramos el adecuado, un camión antiguo como de los transportes públicos de los años 90 que circulaban por varias ciudades del país. Sé a donde vamos, pero desconozco al mismo tiempo, nuevamente me es irrelevante.  Encontramos un lugar en la parte trasera, con asientos corridos y forrados de un terciopelo café claro. y me siento primero, pegandome a la ventana, junto a mí Joshua y a su parejo Tyler.  Varios asientos sobraron, los cuales los pasajeros ocuparon para recostarse por completo a lo largo del trayecto. 

Las primeras horas, me la pase escuchando música de Josh compartiendo auriculares. Terminamos por atrapar un sueño y el se acomodo unos asientos más adelante para poder subir sus piernas y dormir asimilando a una oruga. Nunca se sintió cómodo durmiendo de forma antinatural, a diferencia de Tyler y yo, que no nos importaba ni un poco. De igual manera faltaba una hora para eso.

-¿Cómo estas? 

Cubro mi boca al bostezar.- Un poco somnolienta, pero todo bien por ahora. Tú, ¿Cómo vas? 

-Estoy tranquilo, me gustaría estirar las piernas, pero aún falta. 

-No has sacado tus instrumentos. 

-No, no tengo muchas ganas de hacerlo.- Dice triste. 

-¿Te sientes bien? 

-Oh sí, sucede que no estoy inspirado.- Tyler juega de manera ansiosa con sus nudillos.

Puedo notar que esta nervioso por el largo viaje, no son sus favoritos. Es el primer viaje largo que hacemos en conjunto y normalmente es su hermana o Josh quien lo tranquiliza. 

Insegura pongo mi manos sobre el torso de su mano la cual rasca y noto que está helada. El reacciona de inmediato como si lo fuese a dañar. 

-Tyler...

-Lo siento, no esperaba eso. 

-Perdón.-Deshago mi movimiento.

Me siento un poco avergonzada y cambio mi mirada, dirigiéndola a la ventana que no me demuestra mas que el cuarto menguante que nos persigue a toda prisa. Los minutos se hacen horas conforme admiro la vacía y oscura carretera por el cristal. Ahora soy yo la ociosa mientras despego un viejo sticker de la esquina de la ventana. Tyler desaparece un rato de mis pensamientos y reaparece unos minutos después de que termino mi labor con la calcomanía. Sus mejillas que sobresalían cuando está cabizbajo y tocando sus nudillos, cuando debería tener su pequeño ukulele para evitar la ansiedad que lo carcomía por las largas horas que pasaron y por las que faltaban.  

La alarma de mi brazo suena y justamente dos minutos antes de las 11. La apago. 

-Ya casi es hora ¿no?-Pregunta Tyler asomándose por el pasillo del bus. 

Afirmo sin decir nada, me pierdo en una insignificante mancha en el suelo de goma mientras me pregunto para mis interiores ¿Qué habrá sido de esa persona? ¿Estará viva? ¿Lo habrá logrado después del festival? ¿Fue parte de esa masacre del 17'? Todos los buses estaban destinados solo para transportar gente de la distancia precisa de la ciudad al lugar donde se celebraría el evento. Ni un kilómetro más. Una de las mayores estupideces que un par de niños ricos diseñaron.

Josh Joseph and Tyler DunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora