Hermana del Alfa

Mía

PERLA

Oigo un susurro casi irreal mientras conciliaba el sueño... "Buenas noches dulce Perla" me levanté de golpe y miré fijamente hacia la ventana, respiré profundo y sentí su olor... Vainilla. No puedo contener mis lágrimas, sigo perdida en ese punto en  la ventana viendo a la luna, a la nada. Mi corazón llora, parece que fue ayer la última vez que lo vi.

-Padre...- susurré, mi mente loca me hizo recordar su voz y darme las buenas noches como antes lo hacía y su olor está aquí, como si él estuviera. Me tumbé de nuevo a la cama y abracé mi almohada en llantos. Siento su presencia, creo que enloqueceré.

ELIÉCER

La veo llorar e intento oir sus pensamientos, nosotros como hermanos debemos tener ese vínculo.

Al entrar, sólo me provoca dolor. He visto su pena y tristeza. Siendo tan joven vio a mi padre morir torturado, mutilado y muerto de manera atroz. Sin contar que la muerte de Candeliz fue tormentosa. Hubiera deseado no haber indagado en sus recuerdos. Ella puede sentir mi olor a medias, por ser mi hermana pero al yo estar en forma invisible no lo persive del todo, otra criatura natural o sobrenatural no podría detectar mi olor. Ella me ha confundido con mi padre... Otra ola de recuerdos la inundan, cuando mi padre jugaba con ella y la acostaba a dormir. Dándole las buenas noches como lo he hecho yo. Un deseo enorme me impulsa a abrazarla y decirle que ya no está sola, yo estoy con ella. Miro por la ventana que está detrás de mi y veo la luna amarilla imperiosa mirando todo, mirándome.

La rabia se apodera de mi... Deseo matar de la misma forma los que mataron a mi padre y a Candeliz, los que volvieron un infierno terrenal la vida de Perla. No la conozco bien, pero despierta en mi un cariño enorme y unas ganas de cuidarla y protegerla. Deseando que jamás vuelva a llorar. Me voy de su habitación, para evitar romper el trato.

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-Eli, ya ellos están aquí- me saca Clarisse  de mi ensoñación, sólo quiero volver a la ciudad y ver a Perla; saber que está bien.

Estamos en un valle cerca del río donde el territorio de Silver Moon y River High terminan, debíamos vernos en un terreno neutral. Se acerca el alba y el valle floreció de cundeamores. Los veo salir entre los arbustos, mirando para todos lados.

-¿Qué quieren?- pregunta el joven de mayor edad.

-Hablar con ustedes- digo simple.

-Saben que es prohibido que se conozcan ambas fuentes- su voz sale mordaz.

-Lo sé pero una fuerza mayor me obliga- respondo tajante.

-Hablen rápido- contesta por primera vez el menor de los dos.

- Mi padre Lucas y su madre Candeliz, tuvieron una hija.- Dice Clarisse, ellos se miran extrañados.- Mi nombre es Clarisse Mangitler, soy la cobradora del mal. Y él es mi hermano Eliécer Mangitler la fuente del mal.- ellos abren sus ojos atónitos, porque hemos roto una tradición: las fuentes no deben conocerce, ni saber sus nombres.

-¿Qué les pasa? Esto ocasionará un caos- dice el menor.

-El caos como quiera pasará si nuestra hermana, un ser como nosotros...- comienza a explicar Clarisse

-Nosotros no somos iguales- interrumpe el menor.

-No, claro que no.- digo mordaz- Ustedes seres de luz, hijos del sol pero llenos de arrogancia y altaneria jamás se parecerán a nosotros, seres de oscuridad, hijos de la luna sin altivez- ellos endurecen sus rostros.- Pero existe una quinta parte en la balanza de justicia... Un ser neutral. Con la mitad de la maldad de  Lucas Mangitler y la mitad de la bondad de Candeliz Kingandilet.- ellos estaban en un trance- Eso no es todo, ella cree es humana y vive como una. Mi tío Víctor y su tía Berna, usaron sus poderes y durmieron el poder de ella.-  sus ojos mostraban furia pero ninguno de los dos habló.  El silencio reino por cerca de 15 minutos. En los cuales yo estaba recostado de un árbol descansado en una posición un tanto "despreocupada" pero moría de ganas de que esto terminara para ir a ver a Perla. Me duele haberme ido mientras oía su llanto lastimero y profundo. Clarisse estaba acostaba sobre su espalda y hacia volar con vientos suaves hojas y flores para luego quemarlas.