GAME OVER (Justin y tú)

Rey De Las Bromas

El que ríe último, siempre ríe mejor, y yo siempre estoy riendo último. -Justin.

Los chicos me cargaron comenzando a gritar al unisono.
-¡Bieber! ¡Bieber! ¡Bieber!- ¿escuchaban eso? Si, oh Dios. Todos me adoraban, era uno de los más populares en la preparatoria, y era el rey de las redes sociales. Claro no tenía para que subir fotos de todo este teatro, mis fans se encargarían de viralizarlo por todas partes.
Siempre hago bromas a las nuevas, y es lo mejor dejarlas en ridículo. ¡Verlas emocionadas por una 'sorpresa'! Ja. Ja. Pobres ridículas. El timbre sonó y nadie dijo nada de lo que había pasado, como siempre.

Llegué a mi salón, me senté en mi puesto y esperé a que la clase comenzara, delante mío se sentó una chica rubia, llena de pintura y de más cosas. ¡Esperen! ¡Es Scarlett! ¡JAJAJA! Mi víctima. No sé si se cambiará o algo. Que asco está toda sucia.

Pasaron las horas y la maldita clase había terminado al fin.
Llegué a mi casa y saludé a mi madre con un beso en la mejilla.

-¿Y papá? -. Pregunté alzando una ceja mientras observaba a mi madre.

-En el despacho, debe estar terminando de hacer sus papeleos, ya sabes-. Contestó ella con una sonrisa y yo reí ligeramente por el tono de su voz.

-Bien ma, iré a verlo-. Dicho esto cogí una manzana de el refrigerador, mientras caminaba hasta el despacho de mi padre le di unos cuantos mordiscos a la ovalada manzana.

-¡Hijo mio! - exclamó mi padre y ambos nos dimos un apretón de manos con una sonrisa en nuestros rostros.

-¿Que hay king?- pregunté entre risas y este rió también.

-Pues me verás, terminando estúpidos papeleos, ya sabes- respondió mi padre con frustración, podía notarlo por sus muecas y el tono de voz.

-Descanza padre, oh y...- no me dejó terminar y este me pasó algo de dinero, sonreí al instante. -como me conoces-

-Hijo mio eres-. Rió entre dientes, salí del despacho cerrando la gran puerta, guardé el dinero y me dirigí al patio de la mansión donde comencé a jugar golf.

Así el resto de la tarde. El viernes había acabado. Y en un abrir y despertar de ojos ya era lunes de nuevo.

El tiempo se me pasaba cada vez más rápido, ni siquiera yo podía creerlo.

Me levanté de la cama, me duché, desayune, comí y mi padre me llevó a la preparatoria. Me despedí de el con un apretón de manos y me bajé del auto.

Otro día normal, me junté con mis amigos, ya saben, el típico grupo y yo mandaba a estos imbéciles, menos a Alonso, el era uno de mis mejores amigos, el no iba a fallarme nunca.

Entramos a clases, todo aburrido y perfectamente normal, miré por todo el salón y faltaba alguien que se sentaba delante mío, si, era la rata dorada.

De todas formas no hace falta aquí, nadie la necesita.

Solo diré que en los dos siguientes capítulos las cosas cambiarán repentinamente. No se olviden de votar y dejar uno de sus sensuales comentarios, nos veremos en el siguiente cap.