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La guerra, el hambre, la desdicha son cosas duras pero evitables; lo que iba ocurrir ya había sido sellado con sangre.



Comenzaba a odiar la comida rápida y el sabor artificial de las bebidas, la vida universitaria era precaria a la hora de alimentar mi hambre incontrolable, había un comedor que nos servían la cena y el entendía pero la comida nunca sabia igual a una preparada en el hogar, la fila avanza rápidamente y Max al fin se habia callado llevaba horas hablando de un proyecto de fórmulas que le habían enviado, entonces recordé que debia hacer una tarea.

- ¿Mila crees que si como ensalada no sea tan perjudicial? - el me mira con una cara de cachorro y giro mis ojos

- Llevas tres piernas de pollo, papas fritas, una rebanada de pizza y quieres saber si una maldita ensalada va a evitar provocarte un infarto - lo miro incrédula- sino te ha dado un Infarto aun es porque tu madre te obliga a usar la caminadora.

- te mueres de la envidia de mi cuerpo - se gira y lo veo tomar un jugo de naranja. Yo tomo un poco de ensalada extra, un poco de ese pollo y una botella con agua. Max solo giro sus ojos al ver mi bandeja, aquí no controlaban las raciones así que uno puede escoger las que quiera pero yo prefería no excederme.

A lo lejos veo como Valerian entra a la sala con una bandeja en manos, por ser el sucesor su comida no era la misma que nosotros o al maldito no le gustaba nuestra comida, su bandeja siempre rebosaba de lo que a mi parecer era comida saludable y jugosa. Empezaba a odiar haber firmado el documento que hacía que los alumnos eligieran el menú. Observo como Dalia sale de la fila y rápidamente va por Valerian.

Después de nuestro incidente de hace dos días el ya no ha vuelto a reparar su mirada en mí, es como si mi cachetada me hubiera terminado de borrar del mapa para él.

- nunca comprenderé porque a las mujeres les gusta acosar a los hombres que les gustan - miro a Max quien come como si nada, si no conociera su voz pensaría que él ni siquiera había hablado.

- ni siquiera estoy mirando a quien crees que estoy mirando - me atrevo a negarlo.

- oh claro que estas mirando a quien creo que estas mirando, porque a ti te encanta quien creo que estas mirando. - hago un gesto indignada, y el gira sus ojos.

rio sarcástica- él no podría encantarme ni aunque - piensa, vamos piensa en algo ingenioso- ni aunque se uniera a los cascos azules - digo al fin y Max tiene una expresión de desconcierto, como si lo que le dijera fuera realmente fuera de lugar.

- solo espero no me estés mintiendo - Me observa severo - vales más que ese pijo - sonrió Max; siempre me iba a cuidar, pero yo como la odiosa que soy le saque la lengua. - maldita mocosa.

~

-Juro que la próxima vez voy a traer un cojín para asiento- mi trasero me dolía. Trazo mi camino hacia la parada del autobús pero salgo cinco minutos tarde, me quede por una duda sobre un diseño en un trabajo y ahora temo no llegar a la parada.

A lo lejos alguien Silva, a lo lejos alguien grita. Siento algo de temor pero ya había escuchado ese silbido antes, definitivamente era el. Trato de seguirlo pero se detiene. Camino atrás de los grandes edificios, solo una persona que conozco Silva así y era Valerian.

¿Alguna vez han corrido justo hacia los brazos del chico que todos desean que te alejes? bueno, lo siento Max. Camino en Dirección hacia donde creo haber escuchado el silbido pero derrepente se detiene, giro y me detengo en frenen a una pared - ¡Qué demonios está mal conmigo - esto era una locura, el edificio era como una L así que simplemente me encamino para rodearlo y al fin marcharme a casa. Yo no debería merodear por un montón de edificios alejados, Pero el destino no tenía esos planes. Justo al volver a girar me encuentro con una escena poco usual, un chico encierra a alguien con su cuerpo contra la pared, el me da la espalda, es alto y fornido. No ha notado mi presencia, ¿qué demonios pasa aquí?

Entonces cae un casco azul y veo perpleja como un cuerpo se eleva unos centímetros como si levitara, escucho como si el corazón comienza a martillar. - yo no debería estar aquí- pensé. Un grito desgarrador sale de un hombre y observó como este parece sufrir al retorcerse con violencia hasta que su cuerpo cae con fuerza y el individuo se gira. Mi cargante quema y no es hasta ese entonces que noto que he gritado con él.

- Niña- me dice el dueño de esos ojos blancos que tanto me gustaban pero que ahora en vez de atraerme me hacen querer alejarme, escanea mi rostro y se que a pesar de la noche me ha reconocido- ¿qué inoportuna no crees? - observo como recoge el casco y retrocedo ¿que acababa de ver?

- Debo irme - susurro y el niega con su cabeza, el cuerpo me comenzaba a picar y empezaba a sentir las ganas de correr. Dicen que somos seres de intuición y nunca lo creí tanto como el día que mi intuición me gritaba que me alejará, que gritara y corriera pero el miedo siempre es más poderoso. Me paralice, mis piernas se arraigaron con el piso justo cuando quise correr.

- me temo que eso no se podrá- Valerian se acerca a mí a paso lento mi cuerpo se congela y mis ojos viajan al cuerpo que yace inerte, parece que pequeñas gotas de sangre se comienzan a colar de sus poros, siento nauseas - No vayas ahí- susurra y mi cuerpo tiembla.

- ¿a dónde? - mi voz sale bajita y él pone un mechón de cabello tras mi oreja y salto en mi lugar, su mano estaba fría.

- tu sabes a lo que me refiero - sonríe de lado pero su gesto me parece siniestro -nuestros pensamientos están entrelazados como dos personas tomadas de las manos.

- Entonces me temo que tendría que cortar mi mano - respondo y mi corazón comienza a acelerarse.

- Debes cuidar tus palabras - toma un mechón de mi cabello y lo mira entre sus dedos - ¿sabes que no DEJARE QUE MUEVAS UN SOLO MÚSCULO, VERDAD? - niego y las lágrimas caen sin permiso, estamos tan cerca que puedo olerlo en otra situación estaría muerta de alegría; ahora muero de miedo.

-Valerian por favor - suplicó y el niega con la cabeza- por favor - el limpia mis lágrimas y me observa sin expresión alguna.

Es mi fin, mi corazón lo sabe y ahora corre desbocado. Me siento mareada y mi mente solo me reclama ¿cómo pude ser tan estúpida? Debí correr y no detenerme.

- ¿Cuál es tu nombre niña? - cierro mis ojos y niego, no podía hablar. ¿cómo llegamos a esto? - no temas, prometo no que no dolerá.- dice suave - vamos ábrelos- contra todo pronóstico mis ojos se abren y de inmediato me pierdo en sus ojos blancos, esas nubes son la última cosa que veré y el pensamiento desborda las lágrimas.

- por favor - suplicó inútilmente, mi boca se vuelve una mueca rara, una que ni yo puedo controlar. Mi cuerpo comienza a experimentar temblores involuntarios. Estoy aterrada -¿que pasara con mamá?- pensé. Bueno me duele el corazón solo de pensar que una parte de sus problemas se arreglaran con mi muerte, tengo que morder mi mejilla interna para no sollozar ante el pensamiento.

- shh - él se ha cerca tanto que su respiración choca con la mía, frota su nariz con la mía de manera delicada y mis nervios se disparan. Sus labios son un bote y yo un náufrago, ni siquiera lo noto hasta que mis labios le dan un corto y efímero beso. Él se tensa y cierro los ojos, lentamente trazo mi camino de vuelta pero unas manos sujetan mi cabeza y unos labios me impactan con fuerza. Valerian me estaba besando con furia, con una furia que no me dejaba seguirlo el beso.

Pero no tengo que luchar mucho, él se separa de mi como si de repente me hubiera convertido en fuego y lo quemará- Vete y no le digas a nadie lo que has visto - mis ojos se abren como el sol cuando sale, no le doy crédito a lo que sale de su boca - ¡vete! -grita atormentado y con todas mis fuerzas corro lejos de él.

No veo muy bien por las lágrimas así que tropiezo duro contra una roca, pero como puedo me levanto y sigo corriendo. Esa noche al llegar a casa en una gran ciudad una pequeña lloraba hasta quedarse dormida. Mientras que en el bosque en una gran mansión alguien no podía dormir al recordar a aquella miedosa ¿debería regresar por lo que no acabe? Fue el último pensamiento antes de que él se quedara profundamente dormido.

Autopsia de un silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora