Nunca se me dado de cordero pero en caso de que quieras enamorarte del lobo aquí estoy.
Sentía la desesperación crecer como si mi cuerpo quisiera salir corriendo pero nadie me seguía. Ya no estaba en peligro, ya nadie me quería hacer levitar cual mago en programa de tv pero quiero ponerme a llorar, ya habían pasado tres días y seguía con la sensación de que alguien me seguia. Mi celular suena y se que es otro mensaje de mamá para ir a la horrible cena de esta noche pero no tenía salida.
Con toda la pereza del mundo me muevo por mi pequeño departamento de residente, era tan cómodo como se lo permitía pero no estaba nada mal. Mientras plancho mi cabello las imágenes de Valerian vuelven a mi cabeza, una parte de mi dice que me lo he imaginado y la otra me grita idiota. ¿era real lo que vi? O simplemente era una parte de mi subconsciente jugandomela.
No lo sé y no planeaba averiguarlo no podía ni pensar en lo que había hecho que me liberará y estoy segura que si pudiera me cambiaría de universidad solo para no ver su cara pero no por el hecho escalofriante que había presenciado más bien por aquel inoportuno beso que le propine, ni siquiera podía pronunciarlo sola en voz alta. me enfundó en un vestido color vino y tomó una pequeña cartera sobre en la cual meto mi celular, mi billetera y mi lápiz labial. Camino de manera lenta, cada paso que doy parece pesar voy hacia el único lugar en el mundo que debería sentirme comoda sin embargo me siento tan fuera de lugar como una sirena en tierra.
Finalmente Llego a la casa de mi madre la cual es un apartamento de dos pisos, era muy pintoresco y acojedor. le doy tres golpes a la puerta con la esperanza de que nadie atienda y pueda marcharme pero como si la puerta leyera mis intensiones esta se abre dejandome ver a mi cálida madre.
- Hey - de mis labios surca una pequeña sonrisa y ella me tira para fundirse en un cálido abrazo.
- hola cariño ¿ como has estado? - me adentra y de inmediato mis ojos viajan a unas cuantas personas que se encontraban conversando en pequeños grupos detrás de ella. Vestían de traje y sus esposas con elegantes vestidos de cóctel, esto no era una fiesta familiar como lo creía era un maldito ritual de iniciación.
- ¿Qué hacen ellos aquí?- mi madre me mira con el signo de interrogación en la cara así que con mi pulgar le señaló a sus invitados.
- ah ellos - la compresión surca en su rostro y la pesadez ronda el mio - te dije que íbamos a celebrar el ascenso de Arthur - sonríe cómplice, claro que sabía que no lo había echo.
- no, no lo hiciste - la amargura se instala en mi garganta, yo no quería estar en una sala llena de extraños que jugaban a ser felices eso solo hacia que el vacío en mi corazón se sintiera más hondo.
- no importa, ven vamos a saludar al resto.
Y así fui arrastrada a saludar a ocho parejas todas con excelentes modales, sonrisas corteses y preguntas similares. Quizás sea una ermitaña y esa sea la respuesta a mi desgano o simplemente yo sienta que este no es mi mundo. Tuvo que pasar una media hora hasta que al fin viera a Arthur.
gire automáticamente escuche mi nombre, sabía que era Arthur llevaba viviendo con el hace 6 años después que se conociera con mi madre en una de sus caminatas por el parque.
- Felicidades por el ascenso- fue lo único que pude decir antes de que
Me envolviera en un fugaz abrazo, llevaba un traje pero se había sacado el saco y ahora solo queda una camisa turquesa.- ¿Como va la carrera? - levanta su ceja en modo interrogativa y yo sonrió.
- bastante bien - me encojo de hombros restando le importancia al asunto - ¿y el trabajo?
- bastante bien - Arthur me imita y se encoge de Hombros, reímos por pura inercia por la broma secreta.
- Arthur - grita mi madre al otro lado del salón para que vaya a entablar conversación con un hombre un poco bajo de cabello claro que claramente podía reconocer como el mejor amigo de el.
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Autopsia de un silencio
Mystery / ThrillerNunca debiste ir tras de mi, nunca debiste dejar que te atrapará. Lo siento, pero yo realmente no siento ningún remordimiento.