Y ahí estaba él, con aquella sonrisa que enmarcaba sus labios; Orihime lo miraba sin dar crédito a sus palabras ¿Vecino y compañeros de clases? ¿Pues de que iba con aquello?
-Estas bromeando ¿verdad? No es posible que un vampiro haga eso -Ichigo siguió sonriendo, metió las manos a los bolsillos de su pantalón y se acerco a la chica hasta quedar muy cerca de ella, a lo cual la chica se puso nerviosa.
-Tengo motivos poderosos para hacerlo, uno de ellos es que te debo una -el chico se alejo de ella, se recargo en la pared y la miro de forma seria; Orihime se sonrojo al mirar los ojos cafés de Ichigo, sinceramente el chico era muy apuesto y atractivo, pero salió de su ensoñación para que este no lo notara.
-Olvídalo, no fue la gran cosa.
-Tal vez sea así para ti, pero a mí no me gusta deberle nada a nadie -la chica lo miro con desconcierto, ¿realmente se sentía comprometido a saldar su deuda?
-No es bueno ser orgulloso -aclaro la chica, entonces la puerta del ascensor se abrió y de este salió un par de chicas que quedaron embobadas con Ichigo y que una vez que quedaron un poco lejos de ellos soltaron una risita tonta mientras murmuraban cosas; Orihime soltó un suspiro por el comportamiento de aquellas chicas, sin embargo el chico las ignoro.
-Más bien yo lo llamaría dignidad -dijo para luego cruzarse de brazos.
-¿Acaso te molesta que una chica te haya protegido? -la chica también se cruzo de brazos y sonrió, esto llamo la atención de él y frunció su seño algo molesto.
-Eres valiente al decirme eso, chica lámpara -Orihime se ruborizo hasta el tope e Ichigo soltó una carcajada al notar esto.
-¡Ninguna lámpara! ¡Me llamo Orihime Inoue! -el chico siguió riendo, entonces la chica le dio la espalda bastante molesta dispuesta a marcharse, pues no estaba dispuesta a soportar las burlas del vampiro, pero entonces él la detuvo tomándola del brazo mientras trataba de normalizar su respiración.
-Bonito nombre, está bien, escucha Orihime...
-Inoue-san para ti -Ichigo sonrió, tal parecía que aquella chica con rostro de ángel tenía carácter.
-De acuerdo Inoue, yo soy Ichigo Kurosaki, es un placer -Ichigo le extendió la mano y ella dudo por un momento en tomarla, pero luego la acepto.
-Te falto el San, Kurosaki-kun, en fin, mejor explícame todas tus razones.
-Si por supuesto, pero yo creo que por ahora debes esperar, claro, si es que no quieres llegar tarde a clases -Orihime abrió los ojos asustada y miro su reloj; si, era verdad, ya llevaba quince minutos de retraso.
-No, no, no, no ya no por favor -Orihime apretó barias veces el botón del ascensor y este se abrió, entonces se metió seguida por el muchacho que miraba cada gesto y acción de la chica.
-Tranquilízate, no es para tanto, además yo puedo...
-Tal vez para ti no, pero para mí sí y por favor ya no digas nada mas -conforme bajaban por cada piso a Orihime le parecía una eternidad, era tan injusto que le pasaran estas cosas y aunque ella no era una persona explosiva y que se molestara con los demás, Ichigo estaba consiguiendo cambiar su actitud, además de que por su culpa ya iba de nuevo tarde. Por fin el elevador se detuvo, las puertas se abrieron y la chica salió corriendo a todo lo que le daban sus piernas, tanta era la prisa que no se dio cuenta que un hombre con varios paquetes se atravesaba en su camino e inevitablemente choco contra él, lo único que la chica sintió fue un fuerte golpe en la cabeza y todo se volvió negro.
-¡Diablos! -exclamo Ichigo cuando la chica quedo tendida en el suelo desmayada, inmediatamente corrió hacia ella, que ya estaba siendo rodeada por la gente que en esos momentos habían sido testigos de aquel suceso, se abrió paso entre la muchedumbre, se agacho a su lado y la tomó en brazos cargándola.