Millonarios de Estrellas

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día 4: Millonarios

Millonarios de estrellas

Ella era apenas un fragmento, un destello proveniente de Phobos, creada por él mismo para alumbrar las tristezas de Deimos en las continuas noches gélidas. Phobos poseía un núcleo maravilloso, entre todas las lunas del sistema, él suyo era más cálido y a su vez cariñoso; sin embargo, jamás fue un modelo de precisión y su adorado fragmento, tan delicado, tomó un camino erróneo.
Phobos emitió un haz con todas sus fuerzas y en él lanzó aquel destello eterno con el deseo de alcanzar a Deimos, pero olvidó contar el defecto de sus movimientos, desaceleró sin querer en el último momento y así la fugaz belleza llevó hasta marte la dulce creación.
Aún hoy se le puede ver en Marte a ella, ninguno la olvida, ni Phobos ni Deimos, llevan la cuenta de todos sus días, ergo, Phobos lucha sin descanso por recuperar a su pequeña, sueña con entregarla por fin, como si su vida dependiera de ello.
Giro a giro Phobos forja su destino,"una vuelta más" se le oyó pronunciar en el eco del universo. No puede notarlo, tiene los ojos fijos en ella y los pensamientos en Deimos, con cada movimiento se apróxima otro sufrimiento, Phobos y su triste defecto se acercan a Marte sin medirse.
Ella los mira desde el marciano suelo, los ve despedirse en llanto si por obra del camino se hallan paralelos, siente en si misma la agonía de los satélites, aquella falta de consuelo por verla casi perdida.
El sol viene y va para ellos, representa solo un poco de tiempo menos para lograr el encuentro, pero olvidan todos un curioso hecho: los planetas, las lunas y sus luces no son únicos, menos amos del universo. Por las noches hay quienes la admiran, otro par de hijos de la casualidad infinita; millonarios de estrellas, entes magnánimos, sin tamaño ni forma definida, se transportan como quieren, hacia donde su codicia los guía, dueños de cada lucero en nuestra galaxia y algunos más afuera. De día cuenta cada uno su fortuna, "30, 40, 50 millones, más las de allá y las nuevas..." y en las noches le refieren a ella sus decepciones, uno a uno sus intentos por tenerla, pero ella, ciega de nostalgia, no distingue de quien hablan, tampoco comprende sus propuestas.

-Te doy el cráter más hermoso del planeta si te quedas. -Dice uno en desespero al ver como extiende sus minúsculos reflejos hacia Phobos.
-No puedo, en casa me esperan.-contesta ella con una lágrima a cuestas.
-Será tuya la mitad de mis estrellas. -Replica el otro con la esperanza de no ser quien pierda el duelo.
-Gracias, pero no las quiero. A mi sólo me hace falta Deimos, para entregarle mis consuelos. Ni la estrella más grande tendrá consigo a Deimos. Dáselas mejor a tu amada, no pierdas tu tiempo conmigo, ya sabrá recibirte.

"¿De que nos sirve ser millonarios de estrellas si no podemos obtener ni una sílaba de amor por parte de ella?" Se preguntan con el alba los dueños de tantos luceros.

Millonarios de estrellasWhere stories live. Discover now