Cap.3

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Por favor, corazoncito, cálmate. O me voy a morir aquí mismo y ya no podré ver más a Jong Woon.

Pero si por Jong Woon estás así.

Pero yo quiero verlo. Él es muy lindo.

¿Acaso no les ha pasado algo así en un momento de su vida? Es muy probable que sí, pelear con uno mismo es algo inevitable algunas veces.

Lo cierto era que el pequeño ya estaba demasiado asustado, su corazón latía y latía sin parar, y cada vez más fuerte, ¿Cómo era posible que con tan solo el hecho de una simple presencia se ponga demasiado inquieto?, Ya le asustaba, y mucho. Si su corazón seguía alterado le iba a dar un paro cardíaco ahí mismo y moriría.

Moriría de amor.

- Mira, los voy a presentar. - el enredo de pensamientos y emociones desapareció al escuchar la voz de Sungmin. - Donghae, Kyuhyun, él es Jong Woon, Jong Woon, Donghae y Kyuhyun. - los tres chicos solo se presentaron con un movimiento de cabeza. -  ¡Oh, y el pequeñito que está ahí es...!

- Ryeowook - la seriedad en su voz y mirar, ay cachucha, era tan lindo, si antes logró acelerar su corazón, muy por lo contrario, esta vez lo detuvo por completo. - Ya nos conocemos. Hola, pequeño.

Donghae estaba sorprendido, igual que Kyuhyun, sabían perfectamente bien que su amigo conocía al pelinegro, pero jamás se imaginaron que ese chico también conocería a su pequeño amigo. Ryeowook tenía mucho por contarles, pero no en ese momento, se les hacía tarde.

- Ho-hola, hyung....¿Ya-ya estás mejor? - la salud y estar de su mayor era muy importante para él.

- Gracias a tu último cuidado, ya mejor. - esa sonrisa ladina que lo enloquecía, acompañado de ese guiño lo hicieron sonrojar notablemente. Sabía a lo que el mayor se refería.

- A ver, esperen. ¿De qué están hablando?. - cuestionó HyukJae.

- ¡Yo iba a preguntar eso, mono!. - reclamó Donghae, sus brazos estaban levemente cruzados.

- Pues te he ganado, precioso pescadito.

En ocasiones Donghae perdía la pinta de ser un chico serio y sin sentimientos, pues aún tratando de mantener su entrecejo arrugado y su seriedad en su rostro, sus mejillas lo delataban con el color rosado que había aparecido segundos después de que ese chico pelirrojo le llamara de esa manera tan confiada.

¡¿Qué se creía?!.

Por suerte, volteó a ver a sus amigos encontrándolos perdidos en su mundo, por lo que dudaba que hayan escuchado su corta pero muy larga conversación.  Kyuhyun perdido entre las diversas letras de su libro en mano y Ryeowook, era obvio que tenía su perdición frente a él, no, en definitiva no tenía duda alguna.

- Ya te dije que no me llames así. No me gusta.

- Pero a mí sí, y por lo tanto te seguiré diciendo así, precioso pescadito.

- ¡Ahg, idiota!.

- Oh, disculpen.- interrumpió Kyuhyun el inicio de una pelea - Se me hace tarde y tengo que llegar al auditorio para mi audición. Debo retirarme.

- ¿Acaso audicionarás para la clase de música?. - cuestionó Sungmin con sorpresa.

- Sí, así es. ¿Tú estás ahí?.

- No, pero también tengo audición hoy. Podemos ir juntos.

Kyuhyun detuvo sus movimientos por unos breves segundos en el chico rubio, ¿Acaso había escuchado bien?, Seguramente había escuchado mal.

Nadie en la escuela lo quería, muy por lo contrario, todos siempre le decían palabras como "nerd", "cuatro ojos", "cerebrito", o "rata de laboratorio", entre muchas más. Nadie quería estar cerca de él aunque sea por un millón de dólares, solo si se trataba de hacerle una porquería su existencia. Sólo contaba con el apoyo de sus amigos, y eso contando que Ryeowook siempre terminaba asustado, Donghae era el único que lo defendía al mismo nivel alto que sus agresores, aunque no servía de mucho pues aún así seguía siendo discriminado.

Sungmin era uno de los chicos más respetados, lindos, y populares de la escuela, estar cerca de él le arruinaría su imagen y de ninguna manera iba a soportar un problema.

Dile que no, Kyuhyun. Dile que no. Dile que no. Dile que no.

- Claro. Vamos.

- ¡Genial! - el rubio formó una sonrisa que era parecida a la de un conejo, justamente su animal favorito. - Vamos.

Eres un idiota, Cho. Se empezó a regañar mentalmente cuando empezaron a caminar muy cerca del otro a dirección al auditorio. ¡¿Por qué era tan difícil hacer lo que se piensa?!.

Aunque debía admitirlo, ese chico fue diferente a todos, no le importó su físico, tampoco le importó tomar su mano al pasar por un grupo de chicos que lo empezaron a burlar, solo lo hizo sin perder su sonrisa. Que por cierto, fue motivo para un rubor en sus mejillas.

- ¡Rayos! - se quejó Donghae - Me urge hablar con el profesor Lee, ese viejo me reprobará y mis padres fueron muy claros al decime qué una más y no la cuento. 

- ¿Estás mal en su materia?.

- Me quedo corto, no sé que palabra utilizar para decir que estoy terrible con ese profesor. ¡Ahg, además me cae mal el viejo arrugado ese! - Jong Woon soltó una leve y baja risa ante la respuesta a su pregunta. - Wookie, ¿Te veo en el estacionamiento al salir?.

- Sí, Hae. Sólo termino de comer y  alcanzo a Kyu Kyu para decirle - respondió el menor con una sonrisa tierna. Donghae asintió y se despidió de él con un beso en la cabeza. Siempre lo hacía.

- Entonces así quedamos. - afirmó mientras se levantaba y tomaba su mochila para colgarse en el hombro y comenzar a caminar -¡Cuídate, Wookie!.

Hyuk lanzó un suspiro, antes no se consideraba un chico homosexual pero Donghae le quitaba el sueño y le daba más hambre. Tomó su mochila y se puso de pie.

- Te veo luego. - comunicó a Jong Woon.

- ¿Dónde vas?.

- Tengo algo qué hacer. Pero no te preocupes, te veo en tu casa a las cinco. - el pelinegro rodó los ojos - Cómete todo.

- Sí, sí. Ya vete.

Fue lo último que se mencionó antes de que ambos quedarán solos en la mesa, entre ellos dos un corazón que se había vuelto a alterar. El mayor desvió la mirada al pequeño, sonrió, verlo tan tímido e indefenso lo alimentaba, aún más al recordar lo suave y cálida que era su piel, quizás era mejor que la de Heechul. 

Sabía perfectamente bien que se encontraba nervioso, lo veía en sus acciones, realmente encantador. Se puso de pie asustándolo, era sumamente tierno al reaccionar de esa manera, pasó de su lugar a su lado y le sonrió de manera tranquila.

- No había tenido tiempo de darte las gracias formalmente, así que gracias por lo de anoche.

- No te preocupes por eso, hyung. Fue todo un gusto ayudarte. Espero que de verdad ya estés mejor.

- Ya lo estoy, pequeño. Gracias. Aunque debo preguntarte algo.

- Sí, claro, hyung. Dime.

- ¿Cómo sabías mi nombre? Soy muy popular en la escuela como Yesung, ¿Cómo es que sabes mi nombre real?.







Rude Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora