mayordomo... cuídame ; 2won.

#009

Llegué, subí a mi habitación, abrí la puerta, miré a Minhyuk, me sonrió, le sonreí, cerré la puerta y me tiré a la cama.

— Minhyuk... — Rompí el silencio que estaba en la habitación.

— Dime, mi amor. — Me dijo mientras se levantaba y se sacaba su polera.

— ¿Me amas? — Lo miré a los ojos y... Desvió la mirada.

— Pe-pero claro que te amo. — Me regaló una sonrisa y se sentó a mi lado. — Obvio que te amo.

— ¿Estás seguro? — Sonreí.

— Muy... Muy seguro, Hyungwon. —Rió nerviso y se levantó nuevamente. — Levantate para acostarme.

Me levanté, se acostó en la cama. Me puse mi ropa de dormir y me puse a su lado. Lo abracé y él se removió. Me di vuelta para el otro lado.

Muy extraño todo esto.

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Estaba empezando a salir el sol. Deberían ser como las siete de la mañana. Minhyuk seguía durmiendo. Me levanté despacio para ir al baño. Bajé las escaleras y todo estaba desordenado. Pensé que él limpió.

Hice mis necesidades y tal. Salí del baño y estaba él, ordenando el salón. Me miró de reojo y siguió con su trabajo. Lo ignoré mientras subía las escaleras.

Estaba caminando para llegar a mi habitación, entré y vi a Minhyuk levantado.

— Bebé, ¿por qué tan temprano levantado? — Me preguntó.

— Aaah... Es que desperté por el reflejo del sol. — Le dije mientras me acostaba nuevamente en la cama. — Me siento maaal. — Hice un puchero.

— Eso te pasa por comer hasta tarde. — Se puso sus zapatos. — ¿Qué tal si salimos hoy a tomar un café con helado? — Me sonrió tiernamente.

— Está bien. ¿Te irás a tu casa ahora?

— Sí... Tengo que ayudar a mi mamá con algo. Si quieres me vas a buscar como a las 12:30. — Me miró al terminar de hacerle un nudo a sus zapatos. — ¿Te parece?

— Me parece. — Me dio un beso corto.

— Nos vemos luego, mi amor. Te amo mucho. — Me hizo un gesto de despedida con la mano.

— Adiós. — Era falso lo que decía Hoseok. Sé que Minhyuk en verdad me ama.

Me quedé un rato más en la cama. Me estaba dando sueño, cerré mis ojos hasta quedar nuevamente dormido.

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Abrí los ojos bruscamente. Miré la hora de mi móvil. Son las 12:00.

Imposible. Me iba a demorar mucho en arreglarme y todo. Me levanté bruscamente, haciendo que me cayese en el suelo por la alfombra que se me enredó en los pies. Me paro del suelo lentamente mientras me quejo.

— A-auch~ — Paso mi mano por mi cadera, me había hecho una herida.

¡LA SALIDA! Saqué lo primero que encontré. Zapatillas Converse, una polera negra con una camiseta de cuadritos verdes con blancos, unos pantalones negros. Como era tan tarde, no me bañé. Me vestí rápidamente y bajé las escaleras, vi a él viendo la televisión, muy relajado. Vi la hora en el aparato grande del salón, ¡¿12:27?! Me demoro como diez o siete minutos en llegar a su casa.

Él ama que sea puntual.

Pero él no es puntual en llegar.