Me desperté sobresaltada y empapada de agua helada.
Me incorporé en la cama y miré hacia todos los lados buscando al culpable, o mejor dicho a los culpables. En ese momento escuché unas risas procedentes del baño de mi habitación. Me levanté de la cama y, sigilosamente, me fui acercando al baño.
Cuando estuve en frente de la puerta la abrí de golpe y me encontré a Jayden y a Luke riéndose con una jarra vacía en las manos.
-Buenos días Raley- dijo Luke escondiendo la jarra vacía detrás de su espalda, aguantando la risa.
-Bu- buenos días- dijo Jayden con voz entrecortada por la risa.
Les miré con el ceño fruncido y cara seria, pensando en lo que les iba a hacer como venganza por haberme despertado de esa manera.
Puse una sonrisa maliciosa, ellos pararon de reirse y pusieron cara de asustados. Miré a la ducha y a ellos varias veces hasta que captaron lo que les iba a hacer.
-Raley ni se te ocurra hacerlo- dijo Luke con cara seria y el ceño fruncido.
-No tienes valor para hacerlo- dijo Jayden con una sonrisa burlona.
-¿Ah no?- dije mientras cogía la ducha y unos segundos más tarde abria el agua fría y les empezaba a mojar con ella.
Cuando me pareció suficiente castigo apagué la ducha y no pude evitar empezar a reirme a carcajadas. Jayden y Luke estaban abrazados y tiritando de frío.
Me sequé las lágrimas que me habían salido de tanto reirme.
-Ahora sí, buenos días chicos- dije con una sonrisa en la cara.
Ellos me miraron mal y a continuación se fueron de mi habitación lanzando maldiciones por lo bajo. Cuando se fueron cogí la fregona y sequé todo el baño de agua.
Después me duché, me puse una toalla y salí a buscar algo para vestirme. Después de unos cinco minutos rebuscando en mi armario me decidí por unos shorts negros, mis Vans negras y una camisa de tirantes blanca que me llegaba unos centímetros por encima del ombligo en la que ponía Basketball en letras cursivas negras. Nada más vestirme me sequé un poco el pelo con una toalla, cogí mi móvil y bajé a desayunar.
Cuando bajé me asomé a la cocina y ví que no había nadie, eso significaba que mi tía estaría en el jardín trasero.
Atravesé el salón y crucé a través de las puertas correderas de cristal, que daban paso al enorme jardín. Allí estaba Martha leyendo sentada en una de las tumbonas bajo la sombra de una sombrilla. Martha se parecía mucho a mi madre, tenía en pelo castaño algo ondulado, ojos de color verde y la piel pálida. Tambíen se parecían mucho en su caracter. Sonreí mientras la recordaba.
-Buenos días tía- dije, mientras le daba un beso en la mejilla.
-Buenos días cariño, por los chillidos que he escuchado hace un rato supongo que tus hermanos te habrán despertado ¿no?- dijo mientras ponía un marcapáginas en el libro y lo dejaba sobre sus piernas.
-Así es- dije suspirando.
-Pero se la he devuelto- dije guiñandole un ojo y riendome.
-Bueno iré a prepararos el desayuno- dijo mientras se levantaba .
-Tranquila tía, hoy lo haré yo- dije poniendo una mano en su hombro mientras sonreía.
-Vale, solo espero que no quemes la cocina- dijo mientras se reía y se sentaba de nuevo.
Rodé los ojos y solté un bufido, a lo que ella rió. Después me dirigí a la cocina.
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HEY RALEY!!
Teen FictionRayle es una chica de 16 años muy alegre y energica. Cuando ocurre una triste tragedia ella y sus hermanos mayores se verán obligados a mudarse con su tia Martha a L.A. ¿Qué les deparará la gran ciudad? ¿Oscuros secretos salen a la luz? ¿Descubrirá...