CAPÍTULO 3

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Mientras íbamos a las canchas íbamos hablando de los últimos partidos de la NBA que habíamos visto. Cuando llegamos a las canchas había tres chicos como un año mayor que yo jugando en un lado de la cancha, por lo que nosotros nos fuimos al otro lado a jugar.

-¿Un rey de la pista?- dijo Jay mientras botaba la pelota.

-Vale- dije mientras me descolgaba la mochila y la dejaba en el suelo al lado del palo de la canasta.

-Vale- dijo Luke.

-Perfecto, empezáis tu y Raley a diez puntos, quien gane contra mí- dijo Jay mientras se apoyaba en el palo de la canasta.

-Te dejo sacar Raley, para que luego no te quejes cuando te gane- dijo Luke con una sonrisa socarrona mientras me pasaba la pelota.

-Como quieras, solo me das más ventajas- dije mientras me colocaba fuera del triple.

Empecé a botar el balón pasándomelo por detrás de la espalda y por debajo de las piernas, eso confundía a Luke, seguidamente fui hacia la izquierda, y Luke giró rápidamente para cortarme el paso, entonces en un rápido movimiento le pasé el balón por debajo de las piernas, entré a canasta y marqué.

-Wow Raley- dijo Jay impresionado.

-Gracias Jay- dije sonriente mientras iba a coger la pelota.

Seguimos jugando hasta la una de la tarde, que nos empezó a entrar hambre.

Cuando volvimos a casa encontramos una nota en la nevera de Martha que decía que le había surgido algo en el trabajo y que no volvería hasta la noche, y nos había dejado comida preparada en la nevera.

Abrí la nevera, había tres platos, cada uno con comida diferente. En cada uno había un papel con el nombre de cada uno, el mío era una ensalada con pollo, el de Jay eran dos filetes de carne con patatas  fritas y por el último el de Luke eran una ensalada con pollo como la mía.

Cogimos cada uno nuestro plato y nos fuimos a la mesa del patio. Cuando los tres estuvimos sentados en la mesa empezamos ha hablar.

-Oye Raley- dijo Jayden.

-Dime-dije metiéndome una hoja de lechuga en la boca.

-¿Tienes todo lo necesario para el instituto?- preguntó.

-Si, la tía me dio una bolsa ayer con todos los libros y cuadernos- respondí.

-Vale, era por si.....- no pudo terminar por que empezó a sonar su móvil. Miró a Luke y este pareció entender lo que quería decir. Después Jay se levantó y se fue a contestar a quien quiera que le estuviese llamando.

-¿Qué narices acaba de pasar?- pregunté extrañada por su raro comportamiento después de la llamada.

-Nada- respondió secamente mientras se comía un trozo de pollo.

-¿Qué me ocultáis?- pregunté con intriga.

-Nada- dijo mientras una pequeña sonrisilla aparecía en sus labios.

-Venga Luke, no seas malo dímelo porfi- dije haciendo un puchero como una niña pequeña.

-No te lo pienso decir- dijo Luke en tono burlón mientras de levantaba, cogía su plato y se iba.

Indignada me levanté e hice lo mismo que él. Llevé el plato a la cocina y lo metí en el lavavajillas. Después subí a la habitación me di una ducha, ya que al jugar al baloncesto había estado sudando. Cuando salí cogí lo primero que vi en el armario y me lo puse, eran unos pantalones de chándal cortos y una camiseta de tirantes algo ajustada.

Miré la hora y vi que eran las cuatro menos cuarto, me tiré encima de uno de los pufs y me puse a ver Teen Wolf, era mi serie favorita. Cuando me quise dar cuenta me había terminado una temporada e iba por la mitad de la siguiente, miré la hora en el móvil, eran las ocho y media de la tarde. Decidí que ya era suficiente Teen Wolf por hoy. Me levanté del puf y me estiré, tenía los brazos y las piernas entumecidos.

Bajé a la cocina a beber un poco de agua, tenía la boca seca. Parecía que no había nadie en casa, todo estaba en completo silencio. Subí a la habitación de Luke, la puerta estaba abierta pero no había nadie dentro. Entonces pensé que estaría en la habitación de Jay. Fui a su habitación pero también estaba completamente vacía. No entendía nada. ¿Cuándo se habían ido?, y lo mas importante, ¿ por qué no me habían dicho nada?.  Estaba molesta, encima de que me ocultaban algo cogen y se van sin decirme nada.

Me puse a andar de un lado a otro de la cocina, pensando en lo que fuese que me estuviesen ocultando. El sonido de la puerta abrirse irrumpió mis pensamientos. Me asomé a ver si eran ellos o era Martha. Primero entró Luke, dejando las llaves en el mueble que había al lado de la entrada, después entro Martha con la sonrisa más grande del mundo. Se acercó y me dio un cariñoso abrazo al que yo correspondí. Se  acercó a mi oído y me susurró.

-Alguien te espera fuera- dijo con voz muy emocionada. Me separé de ella y ella hizo un movimiento con la cabeza para que yo saliese.

Miré a Luke, quien me miraba con otra sonrisa de oreja a oreja como la que tenía Martha.

-Ve- dijo emocionado. No entendía absolutamente nada. Anduve con paso lento hasta la puerta, antes de atravesarla divisé dos figuras que andaban hacia la puerta. La primera la reconocí al instante, era Jayden. La segunda me costó un poco más ya que llevaba una capucha, pero en cuanto se retiró la capucha lo reconocí al instante. Me llevé las manos a la boca, las lágrimas empezaron a arremolinarse en mis ojos.

-¿A qué esperas?- dijo con esa gran sonrisa que no veía desde hace más de dos años. En cuanto dijo esas palabras salí corriendo hacia el, me tiré a abrazarlo  enrollando mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas alrededor de su cintura.

-¡Matt!- chillé mientras el reía a carcajadas y giraba conmigo encima.Matt es mi primo y mi mejor amigo, con el compartía un montón de cosas y hacía dos años que solo hablábamos por mensajes.  No podía creer que estuviese de verdad aquí.

-Hola Raley- dijo riéndose y bajándome de encima suya.

-No me lo puedo creer, ¿como no me dijiste que venias?- dije todavía en shok pero muy feliz de que estuviese aquí.

-Era una sorpresa y además ¿de verdad creías que te iba ha dejar todo un año más sola?- dijo con una gran sonrisa.

-Que tonto eres- dije a la vez que revolvía el pelo con la mano.

En ese momento Martha se asomó por la ventana de la cocina.

-¡Todos ha cenar, he hecho pizza!- dijo con una gran sonrisa.

Nada más decir eso todos salimos corriendo hacia el patio, las pizzas de la tía eran las más deliciosas que habíamos probado nunca.

Cenamos entre risas, bromas y pequeñas peleas por la última porción de pizza, pero en general fue la mejor cena que había tenido en bastante tiempo.

Cuando terminamos nos ofrecimos a limpiar la cocina ya que Martha estaba muy cansada por el trabajo. Nos dio un beso en la frente a todos y subió a su habitación.

Cuando terminamos cada uno se fue a su cuarto, ya que eran las doce y veinte y mañana Matt y yo empezaríamos el nuevo curso. Entré en mi habitación y abrí la puerta del balcón para que entrase el aire, hacia calor. Programé la alarma en el móvil y me acosté. No tardé mucho en dormirme, estaba exhausta.

























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⏰ Last updated: Oct 10, 2017 ⏰

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