Dos lágrimas húmedas emanan de mis ojos
suficientes para demostrar lo que siento,
las que me quedan, pues estoy seca por dentro.
Hoy es nuestro aniversario mi amado,
perdón, sería, si aún estuvieras a mi lado.
¿Recuerdas mi imagen feliz?
Ahora lo único que me hace es sufrir.
Cuando la veo, cuando te recuerdo,
cuando revivo la primera vez que te vi,
ahora sólo siento dos gotas
resbalando por mis mejillas,
instantáneas, rápidas, malditas y pesadas.
Gritaría si tuviera voz para hacerlo
pero hasta mis cuerdas vocales
se han quedado mudas de susurrar tu nombre.
Duele tanto que no se puede expresar,
duele tanto que no deja ni respirar.
La impotencia que siento al no querer sentir
el vacío que exhala mi vida al existir...
De nada sirve ya vivir, pues para ti
estoy muerta
desde el último día en que te ví.