Love You Goodbye - Drarry

1; sin editar.

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—¿Por qué estás usando esto para salir de mi vida? —preguntó Potter.

—No estoy usando nada, no sé de qué me hablas —Draco negó, tomó las pocas cosas que había dejado en el cuarto de su ahora ex novio y se acercó a la puerta, con el propósito de irse de una vez por todas. Estaba seguro de que si se quedaba por más tiempo en esa habitación junto a Harry iba a terminar aceptando volver a ser lo que antes eran, y eso no sería algo bueno ya que con todo ese asunto de sus padres siendo mortífagos, estaba seguro de que lo matarían si se llegaran a enterar de el amor que sentía por el niño-que-vivió. Necesitaba deshacerse de todo ese amor, y la única manera de hacer eso sería cortando con Harry, pues el ser su novio sólo provocaba que el amor aumentara y aumentara.

—¿Se acabó? ¿Oficialmente? —Potter volvió a formular más preguntas. Draco comenzaba a creer que alguien le había hechizado para que solo preguntara en vez de hablar. El rubio asintió y el pelinegro le tomó de la muñeca. —Deberías quedarte por lo menos esta noche... —ofreció.

—No —Malfoy negó inmediatamente, quedarse era algo que estaba definitivamente prohibido si en verdad deseaba deshacerse de su amor por el chico de ojos esmeralda.

—¿Por favor? —insistió Harry. —¿Con una cereza arriba? 

—Entiende que no puedo...

—Ni siquiera me haz explicado por qué es que estamos rompiendo y quieres que entienda por qué no puedes quedarte. ¿Fue algo que hice? ¿No te di el amor suficiente? Prometo dártelo si me das otra oportunidad, Draco, solo otra. 

—Harry... —el pecho del chico de ojos plateados dolía como si no hubiera un mañana, pero no había otra opción. Era todo su culpa por enamorarse del enemigo. —Me diste más que suficiente. Con permiso —soltó su muñeca del agarre ejercido por el pelinegro para después salir oficialmente, caminando rápidamente hacia afuera de el dormitorio de Harry.

El pelinegro había conseguido tener una habitación para él solo en Gryffindor con tan de que Draco pudiera estar con él en paz, pues en su antigua habitación Draco no le podía visitar, gracias a sus amigos.

—¡No! ¡No! ¡Espera! —Harry corrió tras Draco después de unos tantos segundos, para después abrazarlo por detrás. —¿Esto es algo que podríamos negociar? 

Malfoy estaba seguro de que a la siguiente pregunta que Potter formulara, se iba a poner a llorar como si no hubiera un mañana ahí mismo, sin importarle quién podría verlo (pues ya habían salido del cuarto y estaban en un pasillo que cualquier Gryffindor que va en camino a su habitación debe recorrer).

—No —Draco reunió las fuerzas para hablar. —Terminamos y ya. No podemos negociarlo. Es necesario —concluyó.

—¡No lo es! En serio, Draco, si fue por cualquier tontería que haya hecho que sepas que lo siento demasiado, y... prometo no volver a hacerlo, sea lo que sea. Quédate, por favor.

Los ojos de el rubio comenzaban a cristalizarse, ver a Harry así... Y todo por su culpa. No. Por culpa de sus estúpidos padres. ¿Por qué condenaban a su hijo de esa forma a no poder estar con quien él amaba sinceramente? 

—No puedo —Draco se giró, rompiendo el abrazo aunque manteniendo el contacto visual con Harry. —Yo... también te amo, ¿sí? De verdad lo hago. No lo olvides, por favor. Y... tal vez y en un futuro podamos volver a estar juntos así que... Espérame, ¿sí? Por favor.

Draco salió corriendo tras haber dicho esto. Ambos chicos al borde de las lágrimas, sorprendidos por cuánto dolía el saber que su primer y verdadero amor había llegado a su final.

No, la relación había llegado al final; el amor seguía, de ambos lados. 

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octubre 7, 2018.