Blindfolded • Jackniel

4

Habían pasado semanas después de aquella fiesta y todavía no podía quitarme la sensación de esos labios sobre los míos.

Creo que ha sido el mejor beso que he tenido en toda mi existencia. 

Bueno, creo no, lo sé.

Fue tan suave y salvaje a la vez que no tengo las palabras suficientes para poder explicarlo adecuadamente.

Pensar que dicho beso me lo dio Aspen lo mejora todo, pues es una chica preciosa, divertida e inteligente.

Todas las tardes quedando con ella para hablar de cosas sin sentido, cada día que pasa me doy cuenta de porqué me gusta. Porque si, me gusta Aspen.

Hace tiempo que no hablo con Daniel, lo veo en clases pero cada vez que voy a hablar con él me esquiva o me rehuye. No creo que le haya hecho nada malo como para que dejase de hablarme pero es que lo echo de menos, es mi mejor amigo. Nunca hemos estado tanto tiempo sin hablarnos, hubo una vez en la que estuvimos sin hablarnos dos días y casi morímos, literalmente.

Daniel

—¿No me vas a decir con quién me besé? —le pregunté a Zach mientras lo perseguía por los pasillos.

—¡Claro que no! Son las reglas del juego, idiota.

—¡Por favor!—le rogué a la vez que juntaba mis manos enfrente de su cara.

—Que no, Daniel. No insistas, bro.

—¿Y si te pago?

—Que no, plasta.

—¿Veinte dólares?

—Podríamos discutirlo. —dijo parándose entre toda la gente , mirándome.

—Pequeña perra. — dije riendo y el se encogió de hombros sonriente.

—Me amas igual. —rió.

—En fin.— rodé los ojos y saque mi cartera.— ¿Veinte entonces?

—Cuarenta.—dijo él.

—¡Una mierda! Treinta y vas que flipas.—dije sacando los billetes y entregándoselos.

—Vale, vale. —dijo riéndose y guardaba el dinero en el bolsillo interior de su chaqueta de cuero negra.

-¿Entonces?—dije alzando las cejas y guardando mi cartera.

—¿Entonces qué?— dijo distraído.

—Joder, Zach. ¿Con quién me besé?—dije mientras lo zarandeaba por los hombros.

—Ah joder. —rió. Se acercó a mi oído para susurrarme un "Jack" y yo empezar a reír descontroladamente.

—¡Buena broma, hermano! ¿Dónde están las cámaras?— dije mirando por los techos, buscándolas. Pero no había nada.

—Tío, no es ninguna broma.—dijo al apoyar su mano sobre mi hombro, mirandome completamente serio.

Mierda.