El 14 de febrero a las 4:20 de la mañana alguien llamó a mi número, al descolgar oí su voz que con gracia me dijo "sabes que? La putita de Laura a muerto a ver quien es el próximo" no le insulté, no colgué, simplemente sentí algo roto dentro de mí, pero no dije nada, no podía decir nada. Mi padre estaba en el lugar donde yo vivía ese fin de semana y salí corriendo de mi casa dirigiéndome a su hotel con la esperanza de encontrar consuelo en el, llegué a su habitación a las 4 y media de la madrugada pero el me abrió la puerta, encontrándome completamente rota y desconsolada por el dolor que me comía por dentro.
Le conté que Laura había fallecido y llamó a mi madre con la excusa de que me llevaría a ver a mi abuela, salimos al poco tiempo en dirección Zaragoza que es donde estaba la familia de Laura.Llegue a las 7 de la mañana de ese mismo día, su cuerpo seguía en la habitación de ese puñetero hospital porque nadie había tenido tiempo para llamar a una funeraria. Estaba tapada con una sábana, entré sola y me senté a su lado. No lloré, no me enfadé, no reaccione, no me lo creía.
Sé la llevaron de la habitación y lo único que yo podía hacer era mirar hacia el suelo con la cabeza agachada pensando que había echo mal, porque no la protegí...
Alguien entró en la habitación y cerró la puerta, esperaba que fuera alguna enfermera pero cuando escuché su risa al verme devastada supe perfectamente quien era, Ismael. Una rabia me invadió por dentro y lo que no hice en su momento lo hice en ese mismo instante. Me levanté corriendo y comencé a pegarle con toda la ira que llevaba acomulando durante 13 años de vida. Mi padre entró al oír los golpes y me sacó de allí, aún hoy en día tengo pesadillas al acordarme de ella pero se que por lo menos esté donde esté, es feliz.
ESTÁS LEYENDO
No Ha Terminado
Teen FictionUn simple relato que puede hacer ver que la realidad a veces no es como la pintan en los cuentos..