capitulo 17

208 16 2
                                    

Mis nervios no me dejaban en paz, ¿Y si eso es verdad? no estaba dispuesta a soportarla.

—Louis, lo diré una ves mas ¿estuve embarazada de Zayn si o no?

Su mirada desprendía confusión y algo de miedo. Yo, por otra parte, estaba confundida y muy, muy nerviosa.

Solo vi un movimiento de cabeza por su parte, asintiendo.

Sentí que mi corazón se desbocaba hasta el suelo ¿Por qué nadie me lo dijo? Mas bien, ¿Por qué Zayn no me lo dijo?

—Tienes que estar equivocado— dije en susurro.

—¿Vez por qué no te quería decir? No quería que te pusieras así.

—Pero me ocultaste la verdad, Louis.

—Lo hice por tu bien ¿No lo ves?

Me quede en silencio, viéndolo con una mirada matadora.

—Tenias que hacerlo. Eres mi hermano, la persona a la que mas confío.

Él se quedo callado, mirándome, intentando descifrar mi humor.

—Lo siento— dijo.

Estaba tan cabreada que mi boca hablo por hablar.

—Pasará mucho tiempo hasta que te perdone.

Dicho esto, camine resoplando a mi habitación.

Al día siguiente evite todo contacto con Louis. Aún estaba muy enojada, conmigo y con todos con los que me ocultaron tal información.

Tome mi teléfono y marque el numero de Zayn.

—¿______?

—Hola, Zayn.

—Creí que llamarías unos días mas tarde.

—Necesito saber algo más, si es que lo sabes.

Guardó silencio un momento y después habló.

—De acuerdo. ¿Qué quieres saber?

Respiré profundo y tomé valor para hablar.

—¿Tu sabías que estuve embarazada?

El silencio invadió el ambiente y se volvía cada vez mas incomodo.

—Zayn, contesta — exigí.

Lo escuche suspirar y apenas escuche sus palabras cuando hablo.

—Sí, si lo estuviste.

—¡¿Y por qué no me lo dijiste?! ¡Era tuyo Zayn!

—¡Lo sé! Pero me duele pensar en eso, porque sé que pude evitarlo solo con estar contigo, y no lo estuve.

Mi nudo en la garganta crecía más y más. 

—Zayn...— pero su nombre quedó suspendido en el aire.

—Quiero verte, _______. Quiero verte ahora.

Suspiré porque en el fondo también quería lo mismo.

—¿En el mismo lugar? — pregunte.

—No, en mi casa.

Dude un momento.

—No sé donde vives.

—Te enviare la dirección por mensaje.

—Ok, te veo en media hora— y colgué.

Minutos después recibí el mensaje. Salí de mi casa y con el corazón bombardeando me dirigí a la suya.

Nunca te perdonaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora