☽ when you touch me ☾ namjin

⚜️Capitulo 1⚜️

- Seokjin... Tu padre murió.-

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El despertador comenzó a taladrar su paciencia, se había detenido a elegir una música más agradable el día anterior, y aun así lo fastidiaba tener que levantarse de la cama. Suspiro, frunciendo el ceño, mientras se incorporaba poco a poco. Restregó sus ojos, observando toda la habitación. Todo se encontraba en orden, y eso lo dejaba tranquilo, pues significaba que no iba a tener que ordenar demasiado antes de irse. Giro en su lugar, despojándose del calor de sus sabanas, sintiendo el frio contacto de sus pies con el piso.

- Kobu.- Llamo, comenzando a buscarlo con la mirada. - Donde...- Su celular comenzó a sonar, desconcentrándolo. - ¿Si?- Respondió sin siquiera detenerse a ver de quien era la llamada. - ¿Quién habla?- Frunció el ceño al no recibir respuesta. - Agh.- Rodo los ojos, colgando. Odiaba las bromas telefónicas. - Kobu...- Volvió a su búsqueda, agachándose para revisar bajo la cama. Suspiro rendido, incorporándose. En otro momento lo buscaría. Termino de arreglarse, colocándose ropa nueva, para tomar su mochila, la cual contenía sus libros, abandonando la casa.

Kim Seokjin era un joven de 24 años, el cual se encontraba cursando el último año de su carrera en la universidad. Solía vivir con su padre, pero había fallecido hacia una semana, dejándolo con la herencia de la casa, y su fortuna. Su padre había sido un empresario con éxito, el cual pasaba sus semanas viajando. "¿No lo extrañas?" "¿No sientes la casa muy vacía?" Las personas que no eran muy cercanas a él, acostumbraban a preguntarle esas oraciones, molestándolo. "Mi padre y yo no compartíamos una buena relación. Él estuvo ausente la mayoría de mi vida." Solía responder secamente, no queriendo explayarse más en el tema.

Como todos los días, se encontraba caminando hacia la universidad, pensando en muchas cosas. "¿Por qué no usas algún auto de tu padre? Ahora son tuyos." Sus amigos insistían en que el debería disfrutar la fortuna, pero en cambio, el no quería estar relacionado con aquello. Odiaba la cantidad de personas que se habían acercado a él tan solo por el interés que generaba su apellido.

- Jin...- Le sonrió a la chica, la cual se aferró a su brazo fuertemente.

- ¿Cómo estás?- Ingresaron al edificio, buscando su salón correspondiente.

- No muy bien, va a ser una clase aburrida, sabes eso, ¿verdad?- Entrecerró los ojos, riendo.

- Conociéndote... Todas las clases son aburridas para ti.- Negó, empujándola.

- Además tengo hambre. Cómprame algo.- Sonrió, extrayendo comida de su mochila.

- Sabes que no puedes comer dentro de la clase...- Le hizo burla, guardando todo, para ingresar a la sala correspondiente. Realizo una reverencia al entrar, ubicándose en su asiento.

- Pss...- Sintió el golpe de un papelito en su cara, cerrando el ojo por reflejo. Lo tomo, enojado, desarrugándolo. "Dame la comida, nadie va a verme" Rio, volviendo los ojos en blanco. Su mejor amiga era una persona desinteresada, y era por eso que el la quería tanto. Una de las únicas personas que había llegado a su vida por coincidencia, y se había quedado, no por la plata, sino porque realmente le interesaba su amistad. Asintió, pateando su mochila, para que se deslizara hasta ella. - Gracias.- Escucho en un leve susurro, concentrándose en su libro.

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La clase había transcurrido demasiado lento, y le daba el crédito a su amiga, realmente había sido aburrida. Luego de haberse despedido, abandonó la universidad, dispuesto a volver a su casa, pues no planeaba otra cosa más que encerrarse a comer, y jugar algún videojuego. Era al fin viernes, realmente quería quedarse en su casa todo el fin de semana. Introdujo las manos en sus bolsillos buscando el calor. El cielo estaba comenzando a oscurecer, las nubes poco a poco volvían a amontonarse, anunciando nuevamente la tormenta. Suspiro pesadamente, había perdido toda la tarde en la universidad. El camino a su casa era demasiado largo, pero gracias al frío clima podía disfrutarlo.