Nuevo anochecer

34 4 4
                                    

La noche se hizo presente más rápido de lo previsto.
La lluvia cesó por un instante.
Todo parece calmado, excepto el reloj sonando las 8 de la noche.

Cierro mi libreta de apuntes, trató de acomodar todo lo que tengo en mi escritorio.

Tomó mi chaqueta azul con gris.

De un momento a otro, alguien subía hacia mi cuarto.
Mi madre se asomó, mirandome detenidamente, se sorprendió al verme abrigandome. Sospechó algo.

-Perdón hijo. Estaba entre cerrado.

-no te preocupes ma.

-¿vas a salir?

Me preguntó directo al grano y sin rodeos.
Me formulé esa misma pregunta a mi mismo, mientras acomodaba mi chaqueta. Tampoco sabía con certeza que es lo que pretendía hacer. Es mi instinto, la curiosidad me hace actuar.

-Si. Sólo un momento. Tengo que arreglar algo que me hace falta.

Mi madre meneó la cabeza un tanto desconcertada. Naturalmente casi no salgo y menos en esta temaporada de examenes.

-Esta bien. Pero no tardes mucho, tu papá está por llegar y quiero que estes para la cena.

-Ok, no te preocupes.

Le sonreí pero dentro de mi, se levantó una ola nervios, que me trataba de detener.
Me mantuve y decidí ser firme por primera vez.

5 minutos mas tarde estaba saliendo de mi casa.

Me debatí momentáneamente si está bien. La soga estaba en mi cuello, solo era mi edición saltar... Pero no puedo hacerlo

El panorama era bueno.
A pesar de que ya no llovía, podía sentir una brisa suave que chocaba en mi rostro. Era una noche hermosa, fresca.
Me dispuse a caminar un par de cuadras arriba mientras por mi cabeza estaba cuestionandome si esto era correcto o si era necesario. Algo dentro de mi me impulsaba a hacerlo, aunque sigo desconcertado, la situación va a diferentes conclusiones, desconosco en que llegará a parar, ni donde está el punto final.

Me detuve frente a ese lugar, que iba a decir? Que olvide algo? No lo sé. Miré todo al rededor. Sentí mi corazón golpear fuertemente en mi pecho que incluso dolía.

Para calmarme me recargué en la pared, a 4 metros aproximadamente, en un costado de la entrada.
Saqué un cigarrillo que había guardado en mi chaqueta y lo encendí.
Quería tratar de calmar todo dentro de mi.
El ver el humo salir de mi boca, imaginaba que salía toda esa pesadez que me hacía estar aquí, parado, jugandomelo todo.
Sólo fumé un par de miniutos más y lo desheché.

La noche me envolvió con su frescura y pronto me sentí tranquilo. Entre cerré mis ojos para disfrutarlo, apoyando mi cabeza y un pie en la pared. Guardé mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.
Me arrulle con el chispear de las gotas, me distraje por un momento, al concentrarme en su sonido, casi podía contar cada gota al golpear el suelo.

Después escuche voces.
Alguien despidiendose, deseando buenas noches.

Abrí mis ojos justo en el momento en que una silueta femenina salió, buscando algo en su bolso café. Su cabello negro se movío con el viento.
Levantó su rostro y al fin la pide ver.
Al parecer también te gustó el clima tanto como yo, pero ahora yo lo estaba disfrutando más con tal escena frente a mí.
Ni siquiera volteó a su alrededor. Simplemente acomodaba su bolso, su cabello y abrochaba su abrigo negro.
Ahí estaba parada. Esa delgada figura. Sus pantalones de mezclilla ajustados, dejaba a mis ojos un excelente panorama.
Me deite por unos segundos, pero tenía algo que hacer.
Empecé a caminar, justo cuando ella hizo lo mismo.
La seguí un par de segundos, sin sacar mis manos de mi bolsillo, tal vez, si alguien me notaba, pensaría que estoy tratando de asaltarla.
Me detuve en seco. Era ahora o nunca.
Mi corazón se saldría de mi pecho si no hacia algo al respecto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Estrella FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora