Nuestro pequeño personaje Victor, se había convertido en alguien solitario y taciturno. Le rodeaba una atmósfera de melancolía y a la vez un porte serio que le hacía ver intimidante.
Meses contemplando el deseo de un regresó que solo era deseado.
Noches en vela queriendo escuchar aquella melodía que María hacía con su voz al sonreír.
Días enteros llorando por un amor, una musa, un recuerdo
que para ella seguramente estarían en el destierro del olvido.
Tantas noches la soño caminando hacia él con su mirada pícara.
¿Y que le había quedado de aquella historia?, solo el dolor de haberla perdido por ser un idiota.
Que más le daba si no la volvería a ver, no importaba nada. No tenía sentido vivir sin ella.
Victor aun estaba mal, algo en las pócimas no estaba funcionando.
Con él tiempo ya no solo era en el pecho y el ahogó repentino, sino que ahora se le sumaba una melodía que emitía su pecho casi todo el tiempo. Después de algún meses ya se había acostumbrado, él doctor le había dicho que era normal su corazón de alguna forma había creado una nueva manera para encontrar el amor. Ahora en vez de transformarse en madera su corazón decidió emitir un grave sonido cuando estaba triste, un sonido armonioso cuando estaba alegre. Y uno muy muy ruidoso cuando el enojo lo acompañaba y así lo mismo con todas sus emociones. Todas poseían una melodía única, distinta. A veces pensaba que era un idiota por confiar en alguien tan desquiciado como Alejo.
" Ese doctor está loco, al menos tengo a alguien con quien hablar de mis problemas, pero coño está tan loco tendré que preguntarle como fue que se le ocurrió ser doctor. Será interesante saber la respuesta." Se decía para sus adentros. Vivía por vivir sin más.
Era un muerto entre tantos otros la diferencia era que él sabía cuál era la causa.
-¡Hola doc!, ¿como esta?- pregunto bostezando..
-¡Buenos días!, mmm creo que bien. Escuchas- dijo balanceando de atras hacia adelante la parte superior del cuerpo.
-¡No escuchó nada!- dijo sin interés.
-¡Exacto, sabes que significa que no sufriré más por aquella a la que amé tanto. Ya mi corazón se ha cerrado al amor y ¿ sabes porque estoy tan feliz?-
-He no- dijo prestando suma atención.
-¡He descubierto que hago en este mundo, no es el amor de unos besos, ni el calor de unos abrazos es el amor de las personas a las que ayudó a diario lo que me hace feliz.- dijo dándole un abrazo.
-Doc , me alegra que este bien. Nos vemos pronto- dijo al marcharse.
- Hasta luego vic- dijo alegre.
Mientras hiba caminando distraído, por la acera que le conducía hacia su casa , se golpeó contra una chica. No se percató de sus pasos, todo fue muy rápido.
Los libros de la chica salieron volando por los aires, unos terminaron en la calle y en la acera y uno cayo justo en la cabeza de Victor.
La chica hizo un gesto de enfado frunciendo el ceño y dirigiendole una mirada de desaprobación.
Antes del tiempo de reacción la chica recogió sus libros le lanzó una mirada larga, como si está vez notará algo que no había notado antes. Ladeo su cabeza mientras le miraba y sin darse cuenta del tiempo y de lo gracioso de las circuntansias dijo
-¡Es tu pecho! , cual sinfonía de acordes melodiosos, bella sonata para los oídos. Llamativa para los curiosos. ¡Oh melodía innata del dolor¡ , ¿que te habeis hecho corazón para llorar con zemejantes notas de dolor?- dijo poeticamente mientras se marchaba.
Victor a un en el suelo se había quedado maravillado con aquella extraña chica que parecía gacela con sus movimientos.
Vestía de negro, lo cual al principio le dio miedo pero luego su interés tuvo hambre y salió rugiendo.
"Que chica tan extraña , pero algo en ella me recuerda a mi amada, algo en ella me hace verla, sentirla cerca, pero es imposible".
Victor estaba un poco confundido, no entendía porque aquella chica se parecía tanto a María.
Hasta su voz sonaba idéntica.
Pero quién era esa chica. Ahora ella era su mayor curiosidad.
Había sido un día largo así que al llegar a casa se dio un baño y se durmió como hacía mucho tiempo atrás no dormía.
Como duermen las personas que no tienen preocupaciones, esas que descansan. Esas que aprovechan el tiempo de la siesta.
Porque eso sí he, vale nuestro Víctor es depresivo y los depresivos duermen mucho. O ¿tal vez , quizás sea que la ve en sus sueños y no quiere casi permanecer despierto por eso?
¿O será que tal vez en sus sueños es su amada como antes de que su relación se terminará?
Victor, nuestro Víctor está roto por dentro, su sonrisa le lastima más. Acaso no sabéis que fingir felicidad solo trae vacíos llenos de soledad. O es acaso que aún no comprendéis que amar es un verbo. No es una simple palabra con la que podáis jugar. Vaya que el amor tiene su ciencia. Pero cuando se juega a amar es ahí cuando las personas empiezan a reaccionar. Despiertan de ese sueño del amor perfecto y se percatan de las lágrimas, de los vacíos y los viejos recuerdos que insisten en hacer nido en la almohada para torturarles por las noches. Vaya que fingir amar es como matar y matarte de a poco. Cómo dar un antídoto para luego envenenar. Vale engañar de esa manera es matar lentamente a sangre fría, fingir amar,jugar con sentimientos delicados es como agarrar un arma y al corazón dispararle a alguien. Sabes que morirá a causa del amor que fingiste darle.
"Y aún asi te amaré" fueron las últimas frases de Victor antes de marcharse.