CAPÍTULO II Oculli Sanguine.

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La galería estaba repleta, sábado y domingo eran los días más concurridos, recibíamos a más gente que ningún otro por tratarse de una galería de arte y casa de subastas el grueso de la población asistente a esta era muy variada, desde publico perteneciente al gremio estudiantil quienes acudían por el imperante mandato de los docentes que laboraban en los centros educativos y que les exigían asistir a alguna exposición además de entregar algún comprobante que certificara su asistencia a dicho evento, los amantes de la cultura y las exhibiciones provenientes de otros países y que algunos de ellos por su capacidad económica les permitía darse el lujo de adquirir algún objeto en el área de subastas.

Esa semana se exhibía una colección traída de Turquía con reliquias recuperadas de la época en que el corrupto Imperio otomano logro conquistar Constantinopla en 1453 y obtenían tributos para poder sostener el lujo de la corte imperial; en ese momento estos poseían 29 provincias, y Moldavia, Transilvania y Valaquia quienes eran Estados vasallos, pero de toda la colección la pieza que todos querían ver era un anillo de plata con una incrustación de rubí en forma de ojo de un color rojo sangre sorprendente por su brillo, lo llamaban Oculli Sanguine o mejor conocido como el Ojo de Sangre.

Eran las 7:00 de la mañana el tumulto del metro aun no alcanzaba su máximo esplendor para los que nos dirigimos a la zona centro de la ciudad sin embargo para quienes se dirigían al sur el caos no se hacía esperar sin embargo Sophia y Soul para evitar cualquier retraso ocasionado por algún imprevisto se encontraban como cada mañana rumbo a Tempus una vez que habían madrugado para realizar todas sus actividades matutinas que como buenas wiccanas, eran muchas y debían terminarlas antes de irse a trabajar.

"Se presume que el Ojo de Sangre la reliquia perteneciente al Empalador de Transilvania, viene dentro de la colección de objetos recuperados del imperio otomano que se muestra hoy en La Galería Tempus..." -eran los comentarios de las estaciones de radio y los medios impresos.

-Creo que el día de hoy va a estar pesado ¿no crees Soul?

Comentaba Shopie tratando de obtener la atención de Soul que buscaba enajenadamente en su bolso su celular desde hacía casi 10 minutos sin obtener resultados y comenzaba a impacientarse.

-"rem perditam invenerit" -susurro Soul al tiempo que metía la mano en el bolso y la sacaba agitando el celular diciendo en tono victorioso -conmigo no hay escapatoria, tenías que aparecer de una forma u otra.

-Ganancia personal Soul ganancia personal, sabes las consecuencias de eso. Se encontraban a una estación de llegar a su destino, ambas estaban impacientes pues a pesar de saber que el trabajo iba a ser titánico poder ver en persona el Ojo de Sangre era una experiencia en extremo turbadora.

El Ojo de Sangre el anillo que contenía la esencia de la primera esposa de Adán, madre de los lilims, Lilith la cazadora, la devoradora de hombres, esposa del demonio Samael, la madre de todos los demonios, progenitora de vampiros y seres oscuros y lo más importante protectora de quien posea dicho anillo.

Llegaron a la estación una campana sonó en alguna parte seguida de la voz pregrabada que anunciaba la llegada a la estación Bosques del Tiempo y las correspondencias que esta tenía con otras líneas de metro y fue así que la impenetrable masa de humanidad que ocupaba el vagón se apiño junto a las puertas formando un parapeto de brazos, piernas, audífonos, mochilas, portafolios y uno que otro porta láminas que por su longitud estorbaba el paso de los pasajeros antes de que este se derramara de golpe cual cascada.

Una vez que las puertas se abrieron las chicas se sintieron jaladas por una fuerza sobrehumana, que en realidad era la cantidad de personas que las empujaban hacia el exterior sintiéndose como absorbidas por la corriente de cuerpos que había en el andén y finalmente terminaron bajando de forma apresurada haciendo un esfuerzo por no aspirar los olores mezclados de perfume, sudor, y neumáticos quemados, apretujadas como venían terminaron por liberarse de la masa de personas y finalmente llegaron a los torniquetes de salida y subieron las escaleras que las dirigirían hacia el aire fresco del exterior.

El anillo de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora