Memorias de un bicho.

Nacimiento.

El momento más importante de toda historia, es su inicio, porque es el primer momento donde un cuento cobra el sentido y enseña su cara para el público, y de la misma forma funcionan las personas. Nacemos, es verdad, en ese preciso instante donde ves unos guantes agarrándote, y de forma irónica (obviamente tiene razón de pasar) ya te dan la primera hostia, pero no, para mí eso no es el nacimiento, solo es la materialización, lo que sería el papel en blanco sin que aún florezcan las ideas. En cambio, aquí es donde se ve la diferencia entre todas las personas que pueden seguir un segundo con su vida, el momento donde se empieza a escribir, y ya que, por mucho que se diga, tu primera palabra no es la primera línea, solo es la primera vez que mojas la pluma. En mi caso, mi primer párrafo nace a los 7 años, cuando veo la separación de mis padres, y empiezo a notar que algo no encaja en el amor de las personas, cosa que olvidaría a los pocos años después.

En esa época, era un niño gordito, con una cresta y que le encantaban los videojuegos y las mates, odiaba el pensamiento de estar solo y amaba el fútbol, soñaba con ser Oliver de Oliver y Benji, pero igualmente, sabía que lo que hacían era imposible, aunque mi imaginación no tenía límites. De todas maneras, tener imaginación no es siempre bueno, porque creas ilusiones, como el de pensar que mama y papa son una sola persona que se complementa con el otro, puras mentiras.

Tras dos años de técnicamente asimilación, conseguí aceptarlo y empecé a ser mas engreído en cuarto de primaria, mas egoísta, porque no quería que se fuese nada más de mi lado, pero se iban tantas cosas que no vi todo lo que se fue.

"Solo es un niño", la excusa más fuerte que existe, igual de hipócrita que la de "Pues no debería ir vestida así" cuando hay una violación, y tras llegar a mi primera década, es decir, los diez años, noto la verdad por una vez, que el mundo tiene lágrimas y dulces en ambas manos, pero que sea la decisión que sea, te lo tirara a la cara, porque, tarde o temprano, te cambiara, o en el mejor de los casos, evolucionaras. 

No recuerdo a la mitad de las personas que pasaron por mi infancia más que por recuerdos vagos, porque tras llegar a la adolescencia, y casi terminarla, solo pienso en una cosa: "No fue mi culpa, pero dolió, así que no quiero volver al pasado", y no, no es un libro de auto superación, solo es la JODIDA verdad.